miércoles, 31 de mayo de 2017

ESCAPARATE LIBRERIA (I). Y JUEGOS ACTRICES.


Escaparate de librería (I)

              Vuelavoz.- Autor, Alvaro Tato. Edit. Poesia Hiperión. 93 pags.             Alvaro Tato es actor del  grupo Ron La La, artífice  de buena parte de   sus  textos, autor y poeta. Es un elemento activo y poliédrico de la cultura española. Para la CNTC ha hecho varias versiones del Siglo de Oro. Con Vuelavoz retorna al verso, con el que empezó en Hiperión, una de sus principales señas de identidad.


Bikinis, fútbol y Rokcandroll. Autor, Adrian Vogel. Edit Foca. Akal. 478 páginas.  Crónica social, sentimental y política desde mediados de siglo XX. Amplia perspectiva sobre hechos y personas, anónimas o conocidas, que cambiaron el mundo y nos enseñaron a verlo de otra manera. Una conciencia que agitó el tardofranquismo y cuya influencia se  analiza en términos emocionales y económicos.


Cómicos!! ¡!Máquinas!!. 376 páginas. Autor, Álvaro de Orriols. Publicaciones ADE. Edicion de Antonio Espejo.  Dos textos de un autor casi desconocido y marginado. Su obra tuvo su mejor momento en la II República. Es un autor (1894-1976) preocupado por la defensa de los valores tanto artísticos como sociales de la época, antifascismo, respuesta teatral a los nazismos. De imprescindible lectura y, mejor aún, de  necesaria representación. Es un espacio de sombra en la memoria de nuestro teatro contemporáneo.


La interpretación operística. Autora, Susana Egea. Edit ADE. 295 páginas. Estudio riguroso  sobre los procedimientos  de la representación musical a través de grandes teóricos. El subtítulo da una idea de la magnitud de empeño; Stanislavski, Mejerhold y Chaoapín. Otra aportación de ADE a la historia del teatro. Muchas apreciaciones sobre la Opera  son aplicables al teatro en general.

Taurocultura. Autor, Enrique Amat. Edit Avance Taurino. Valencia. Un recorrido por el círculo mágico de la cultura y la tauromaquia; la influencia de esta en la pintura, la poesía, el cine, el teatro y las demás artes. Libro escrito con pasión y rigor. Sin sectarismos ni exclusiones. Con especial atención al  lenguaje taurino que impregna los usos y la convivencia diaria de la sociedad española.
 

En busca de un tiempo que no existe

Son días extraños cuyo significado aún no he logrado descifrar. Dias raros; sensación de desarraigo, de no estar en una parte a la que pertenezca y estar en miles de sitios a los que no  pertenezco, un hombre deshabitado de sí mismo.

Gonzalo Santonja me encarga para el Instituto Castellano y Leonés de la Lengua  y su programa Los toros a escena, que recree las últimas horas de Federico García Lorca con dos banderilleros y un maestroescuela, anarquistas los tres: Francisco Galadí,  Joaquín Arcollas y Dióscoro Galindo.    

 Escribo algunas cartas. Siempre me ha gustado escribir cartas; las hay de verdad y las hay de atrezzo, cartas de encargo como las que me pedía hace tiempo una amiga que no tenía quien la escribiera como el coronel de García Marquez. Yo era tan convincente con mis cartas  como Cyrano de Bergerac con sus versos; tanto que la amiga dejó a su teniente de la Gascuña y se aficionó al redactor de la cartas; un dia cometí una travesura que casi me cuesta su amistad. Le escribí una carta fingiendo que era una amiga  secretamente  enamorada de ella y no lo podía confesar por temor a ser rechazada.

Privilegio de tener amigas actrices

Salvo la palabra tríbada  que me sonaba de Strinberg y La noche de las tríbadas, yo desconocía  el lenguaje sáfico, pero lo aprendí y tan ardorosa la ponían esas misivas que exigió conocer a su enamorada tríbada y tuve que convencer a una actriz para que hiciera el papel. Como ésta estaba  en paro, y en trance de poner una heladería en la plaza de Lavapiés para subsistir, se lo pagué como un bolo de lujo. Aceptó encantada y luego se gastó lo del bolo  y algo más en invitarme a cenar.

Desde la mili, cuando escribía cartas  a las novias de los soldados, no había vuelto al lenguaje epistolar salvo a mi querida Alfarera cuya pista se esfumó  hace varios meses. Algo me dice que no tardaré mucho  en tener noticias de ella. La perdí de vista el año pasado, camino de la  Islas Polinesias que tanto gustaban a Gauguin, de aeropuerto en aeropuerto y aún conservaba su magnífico sentido del humor. Se tambaleaba por entonces el escaso carisma de Rajoy y la Alfarera Prodigiosa describía así su situación: “Estoy más en el aire que Rajoy” A partir de entonces, misterio. Me contó que había recibido una revelación no sé si en forma de paloma  como el Espíritu Santo o de lenguas de fuego como los apóstoles.

La Alfarera iluminada

Era otra mujer, me decía en su última carta; lo cual de un lado me llenó de júbilo pues sabía de  su disconformidad consigo misma, y por otro, me llenó de incertidumbre. Me reprochaba que persistiera en mi fascinación por la belleza física  de la mujer, cosa nada rara siendo la suya una belleza perfecta y sabiendo ella que  más que  su culo perfecto, a mí me gustaba su alma; un alma con culo, para entendernos.   Su destino había cambiado y percibí un secreto rencor contra los hombres que  la habían ultrajado por su belleza. Desde ese preciso momento  entendí   que, entregada la Alfarera a alguna causa, persona o religión  exótica y esotérica, daba por terminada  tan singular y pura amistad.

 Notaba en ella como una extraña necesidad de    expiación cuyo alcance se me escapaba, pese a estar convencido de que de tan puro y limpísimo personaje lo sabía casi todo. Confiada en mi  lealtad    esperaba que yo nunca diría ni publicaría cosas que dañaran su imagen. Como desconocía qué cosas pudieran dañar esa imagen, intachable e inmaculada, que yo tenía de  ella, le escribí un soneto de amor que no le gustó nada.

Arte: fusión de materia y espíritu.

 La Alfarera Prodigiosa no ha abandonado del todo el alfar. De vez en cuando la prensa se ha hecho  eco de alguna exposición  en  Grecia o Italia, y todo son elogios. Pero se negaba a conceder entrevistas y las exposiciones eran solo de tres o cuatro piezas que, en vez de vender, regalaba  a algún/a periodista o poeta  afortunada. Llegó un momento en que nadie quiso exponerla. Hace unos meses me mandó fotografías de sus últimas figuras: una colección de autorretratos, delicados y bellísimos; barro transparente más parecido a la porcelana y a la estética de Boticceli que a la cerámica artesanal; una fusión luminosa de la materia y el espíritu  partiendo del barro primigenio.

 No me pedía  que  le buscase  galería en Madrid porque la alfarera es demasiado orgullosa para pedir nada. Una vez sospechó que yo podía haber hecho algún manejo para conseguirle una sala en el Museo de Arte Contemporáneo, se puso hecha un basilisco y amenazó con sacarme los ojos. Fue rotunda; “tienes por amiga a una salvaje que ama únicamente su libertad”.   Después de la “conversión” polinesia, ignoro en qué habrá quedado esa idea de libertad. Y, por supuesto, no me arriesgo a preguntárselo.

 

 

 

viernes, 26 de mayo de 2017

SOBRE LOS SONETOS DEL AMOR CANALLA


 

Son días raros sin ninguna razón especial, cargados de presentimientos aún no sabría decir si buenos o malos. Se oscurece el poeta visionario y emerge el poeta sombrío que es la parte de mi poesía  que menos gusta; tacho, rompo todos versos que escribo. En contrapartida, una rara y dulce melancolía me va empapando por dentro y por fuera. Necesidad del  verso, mas lo que escribo me parece una mierda. Y lo destruyo. Vuelvo a un libro maldito que nunca publicaré Sonetos del amor canalla. Entonces, si no pienso publicarlos,  para qué seguir dándoles vueltas. Lo mejor sería destruirlos, pero algo me ata a ellos, un lazo secreto, no sé. He escrito un prólogo para ellos en el que los dejo en manos de Antonio Piedra,  director de la Fundación Jorge Guillén donde está mi legado documental, mis manuscritos,  mi archivo. Podrá publicarlos o no cuando yo no esté.

Pasión, gozo y sufrimiento del amor.
El prólogo explica  la génesis de este  libro, sus contradicciones, el amor desesperado de unos hombres y unas mujeres que se amaron hasta la extenuación. Y el sexo, en alguna mujer, como comercio sin placer. O como venganza también sin placer, a no ser el deleite del rencor. He retorcido el lenguaje hasta hacerle sangre y romperle los huesos. No tiene ni un versos autobiográfico; y he tenido que recordar hombres y mujeres que conocí llenos de heridas sin cicatrizar.

 Hombres deseosos de venganza, mujeres ultrajadas y sentimiento de culpa. Un bestiario salvaje. Pero hay mucho amor en este libro que nada tiene de autobiográfico. Mi idea del amor es mucho más apacible. Carnal y humanísima, pero apacible. Y como tal la he puesto en práctica a lo largo de mi vida. Fueron surgiendo estos versos en paralelo a los Sonetos de la Nueva Impostura. Y con la absoluta libertad que da el saber que en vida nunca se publicarán.

Por lo demás, todo en orden salvo las condiciones de visionario que algunos me atribuyen. Nunca he podido adivinar ni siquiera lo más evidente: mi destino. Hace tiempo alguien que había depositado en mí una extraña confianza me advertía; “ni la vida ni las personas somos lo que parecemos”.  Pues cosas tan claras y reveladas, me resulta difícil verlas. Como si quisiera un mundo a mi medida; es decir la medida de la nada, de lo que no existe. Pero si en algún momento he contribuido a que alguien se sintiera mejor con mi mentira y su verdad, o al revés, daré  por buena mi vida.

martes, 23 de mayo de 2017

PANGUAS COMISARI0 VENAL y EL RABO PALOMO


 

El precio  de un rabo.
Hace unos días murió Palomo Linares mal torero,  gran persona sin duda, buena gente dicen quienes lo trataron. Según cuentan sus más allegados, no fue feliz en sus últimos años a pesar de haber sido famoso y rico y estar casado con una mujer bellísima; en la vida no se puede tenerlo todo. Con frecuencia hay que elegir y, a lo peor, elegimos mal. O el destino elige por nosotros, lo cual es  peor. “Los  hombres mueren y no son felices”, escribe Albert Camus.

A propósito de su muerte se ha sacado a colación lo que más podía perjudicar a su carrera apuntalada siempre a la sombra de la poderosa casa de los Lozano: el célebre rabo que le otorgó un comisario generoso a la hora de otorgar trofeos; el comisario Panguas. Sobre aquel rabo, que profanaba el sagrado templo de la Ventas,  han corrido ríos de tinta y de dinero. Ver hemeroteca y comprobar lo que dijeron Cañabate, el más moderado, creo recordar; Vicente Zabala beligerante en Nuevo Diario y Navalón decididamente belicoso y agresivo en Pueblo. Este llegó a decir que  Panguas se había embolsado 500.000 pesetas. Pero ya se sabe que Navalón era un bocazas.

 Lo cierto es que todavía vivo Franco, el franquismo crepuscular o tardofranquismo que le gustaba decir a Umbral, un comisario de policía  fue fulminantemente desalojado del palco de la Ventas por siempre jamás amén. Al dia siguiente la andanada del 8 se puso crespones negros, pero la fechoría de Panguas estaba consumada.

Descanse en paz Palomo Linares. Nunca mandó en esto salvo lo que mandaban los siempre poderosos hermanos Lozano. Quién de verdad mandaba era el Pelos, el del salto del batracio, el hipnotizador de multitudes y la hábil propaganda del Pipo. Una de las mentes más ágiles y despiertas que he conocido. Un dia le dije dicen que usted echó de las plazas a los buenos aficionados.   “yo llené las plazas; los buenos aficionados que usted dice, caben en un autobús”. Y pasó a contarme sus aventuras en la Casa Blanca con los hermanos Kennedy. Estuvo a un muletazo  de inventarse, mientras afilaba su sonrisa de lobo, que había seducido a la mismísima Jackie Kennedy.

domingo, 21 de mayo de 2017

TEATRO. CAROLINA ÁFRICA FRENTE AL VIENTO


Viento del este, viento del oeste

De gira por los caminos de España. La Belloch de Carolina África; con Jorge Kent,  Paola Ceballos, Jorge Mayor, Pilar Manso. Justo es nombrarlos porque hacen muy bien su trabajo.

En Cádiz el viento de Levante es peor que la tramontana del Ampurdán; vuelve loca a la gente. El aire de poniente es benéfico, pero el viento del este puede ser un criminal con intenciones perversas. El viento de Levante que llega de lejos y es incógnito y traicionero. El de poniente es menos malo, llega del mar y con él trae la ternura, el amor. La tranquilidad, esas cosas. Pese a todo, el corazón se enreda en dudosos afectos. Para este tipo de desventuras, de perezosa melancolía, Carolina Africa tiene virtudes especiales. A mí me parece una gran autora, y una excelente actriz. Y sin duda una buena directora de sus textos y  de su persona.

Carolina Africa anda siempre enredando con estaciones de veranos e inviernos y vientos. Verano en diciembre, su anterior obra, por ejemplo, que vuelve ahora a la cartelera madrileña.

 Siempre a contrapié.  O eso parece. Carolina África es una excelente autora, y actriz y directora. Posee una poderosa  presencia escénica; lo cual nada tiene que ver ni con la tramontana ni con el viento de Levante que rompe los nervios y los cristales. Es ella, su personalidad. Ainhoa se impone; Paola Ceballos (Pepa) muy bien en  su doble papel: enfermera en hogar de enfermos mentales y en un hospital de cuidados paliativos; hay matices. Desparpajo en ambos.  Pepa es una chica alegre, carente de prejuicios, a la que le gusta divertirse. Su amiga Ainhoa es más reservada y seria, le cuesta mucho abrirse a un hombre. Es tímida y desconfiada.

El encuentro de Ainhoa, escritora en crisis,  y Juan (Jorge Mayor) en el tren va adquiriendo tintes de intriga; llega a no parecer casual. Juan es un madero que oculta su identidad; inquieta su duplicidad cuando se descubre: ramalazo político y policiaco. Sobrevive el impulso sentimental, pero con heridas. Jorge Kent está espléndido en su doble papel; trastornado mental y enfermo terminal. Gestual, gesticulante en el primero; firme y enérgico en el segundo. Buen trabajo de conjunto sin olvidarse de Pilar Manso.

 

 

viernes, 19 de mayo de 2017

TEATRO; LA JOVEN COMPAÑIA


 

En teatros del Canal he visto dos espectáculos de distinta índole; uno eterno, Infinita, Teatro con máscaras de la Familia Flöz; y otro más perecedero que puede adscribirse a la corriente histórica de denuncia y realidad social, La edad de la ira, de Fernando J. López, por la Joven Compañía, de Arellano. Me queda por ver Los esclavos de mis esclavos.  

Familie Flöz

Prodigiosas máscaras dotadas de vida propia, parte del cuerpo humano y fundidas con él. Entrañable, enternecedora comicidad de  personajes entre el final de la vida y el principio de la muerte. Sin palabras; pero todo el cuerpo es lenguaje. Cuatro actores Björn Leese, Benjamin Reb, Hajo Schüler, Michel Vogel para una docena de personajes: enfermera, enfermos, viejos,  un pianista inválido que acaba haciendo piruetas sobre la silla de ruedas. Suprema belleza desde el realismo de una residencia de ancianos hasta las transparencias  de fondo que semejan el éxodo o la levedad de la vida. Todo está en Infnita: el nacimiento, la muerte, el sexo, la soledad, la alegría; la intolerancia y los trucos y juegos para vencerla. Prodigios del teatro, máscaras vivas.

Los jóvenes airados

El título lo dice todo, La edad de la ira; y tiene referencias como Al este del Edén, que no existe,  y el mítico James Dean ídolo de los 50 y 60, que a la juventud de hoy le dice poco o nada. La adaptación teatral parte de una novela de Fernando J. López escrita en los años 70, lo cual puede explicar algunas cosas.

Lo mejor, el magnífico elenco, la estupenda interpretación de unos jóvenes a los que es justo citar al completo: Javier  Ariano, Alejandro Chaparro, Jesús  Lavi, Rosa Martí, Maura Montesinos, María Romero, Alex Villazán y Jorge Yumar. El diálogo  es ágil, mientras no cae en extremosos monólogos aburridos, moralistas y revindicativos. O sea doctrinarios, que lastran una  acción  trepidante.

Pero yo creo que Fernando J. López se ha equivocado de siglo. La juventud que él presenta como del siglo XXI es la juventud de los sesenta o sea de  hace medio siglo. Yo no logro identificarla con la juventud de hoy. Hay elementos comunes como la generosidad, el compañerismo, el espíritu rebelde y las inevitables mezquindades….Yo veo en esta obra más los problemas morales y políticos de  mi generación; entonces la homosexualidad, por ejemplo, sí era un lacra secretísima necesitada de complicidades.

 Correcta la escenografía, en dos planos que simbolizan múltiples realidades y excelente iluminación de Juanjo Llorens. En líneas generales un espectáculo estimulante y vigoroso: ciertamente La edad de la ira, aunque sea una cólera en un contexto que no le pertenece..

jueves, 18 de mayo de 2017

PALENCIA, MISTERIOS Y CONTRADICCIONES


Misterios

Un dia recibí un mensaje críptico: “en la fría iglesia  de tu pueblo, toqué para tí Bach y Ligueti”.   Parece la respuesta a  un poema que escribí hace tiempo; “no escucharé más Bach ni más tu voz ...” No creo que la enigmática comunicante conociera este poema. Ni siquiera sé si tenía algo que ver con dos de mis personajes más celebrados, la Alfarera Prodigiosa y Zerezhade cuya recuperación me piden algunos lectores de este blog. Será improbable. Les perdí la pinta, aunque Borja Ortiz de Gondra y María Diaz siguen convencidos de que no eran personajes, sino personas reales. Algunos de mis amigos parecen personajes y hay personajes que parecen amigos reales. Voy más lejos que Pirandello. Aprovecho para dejar constancia de la popularidad de María Diaz en el ambiente teatral de la capital castellana. Natural. Es una periodista brillante que lleva a los mejores. Y si no son los mejores empiezan a serlo cuando los lleva ella. Protege a los suyos, pero nunca da gato por liebre.

De la catedral al Camino Jacobeo.

 Desde mi infancia me atan a la “fría iglesia  de mi pueblo”, la catedral,  misterios insondables y el temor a esa gárgola de fotógrafo retratando la calle. De la catedral al Camino, con la esperanza de encontrarme a la Chica de Falda Roja o a muchas chicas de Falda Roja que en tuiter hacen su crónica romera.  Inútil. Ni rastros de faldas rojas. Vuelvo a Palencia. 

Palencia: la cultura

 Rafael del Valle me cuenta los problemas de la Fundación Caneja. De los cuatro miembros del Patronato, sólo el Ayuntamiento arrima el hombro con puntualidad. Pilar Alcalde me revela los problemas del teatro; pese a su titánico esfuerzo por mantener en pie una de la señas de identidad de Palencia, elteatro,  desde que Rafael del Valle, su predecesor y mentor, se ocupaba de la cuestión.

Una cruz preciosa en el camino.
Luis Mariano San Millán, me entrega una bella publicación, escrita y sonora, Una cruz preciosa en el  camino;   el camino en que pereció Alba San Millán Alcalde, hace casi tres años; la carretera asesina, los conductores homicidas, que acabó con la vida  de Alba, joven, inteligente y bella: 20 años. Murió cuando había superado una enfermedad que casi nadie supera. Pilar Alcalde llora. Yo he llorado también cuando el alzheimer de mi hermana Elisa horas antes, me deja en un ser borroso y fantasmal.  Los beneficios de Una cruz preciosa en el camino, a beneficio de  Fundación Víctimas de Tráfico.

La mentira.

La noche amenaza prolongarse hasta la madrugada como siempre que tengo un vaso de vino  al alcance de la mano y amigos que me escuchen y conversen. Volvemos al tema del teatro. De momento, lo único cierto es que el 30 de mayo el Principal echará el telón y que si la concejala y diputada de cultura, Carmen Fernández, no lo remedia, acaso no se vuelva a alzar. No hay dinero.  

A punto están de convencerme de que me quede a ver La mentira, que he visto dos veces. De paso le daría oportunidad a  Natalia Millán para que me llame bárbaro por mi afición a la corrida. Le diré lo de siempre: si los  españoles no tostáramos toros en el ruedo, seguiríamos socarrando herejes en las  hogueras de la plaza pública.

 Mientras concluyo esta nueva entrada de mi diario me llegan noticias de que La mentira ha sido un rotundo triunfo en el teatro Principal esa  joya, esa bombonera.de la arquitectura teatral. Ella y yo tenemos una charla pendiente sobre toros; me  he ganado esa oportunidad, como un torerillo o un capa,  por haber visto dos veces La mentira; no sólo por ella, naturalmente, sino por el gran Carlos Hipólito, Armando del Rio y Mapi Sagaseta  que están “cumbres”, otro término taurino.  Pero sé, amiga, que no es el lenguaje lo que te preocupa, sino la violencia cierta de la corrida. Valle Inclán, sin embargo, reclamaba para el teatro, por boca de  Don Estrafalario en Los cuernos de don Friolera,  la pasión y controversia de los toros y sus aficionados. 

 

domingo, 14 de mayo de 2017

CONVERSOS,HETERODOXOS Y ENAMORADAS


En recuerdo de Carmen Laforet.
Tengo la costumbre sin motivos aparentes, y si los hay escapan a mi comprensión, de releer de vez en cuando a Carmen Laforet. El más evidente es la prosa de Nada, su primera novela con 22 años. La traté un poco en los últimos años de su vida, a través de mi amistad con Manuel Cerezales, y con  la hija de ambos, Cristina Cerezales. Cristina es una gran escritora, con seis libros publicados,  y excelente pintora que dejó los pinceles por la escritura con evidente fortuna. Cristina cuida la memoria de su madre, a la que yo sigo recordando con un fervor equivalente a la antipatía que me produce Líli Alvarez, la tenista mundana y fabulosa de la que Carmen  se enamoró. Se enamoraron,  pues sus  cartas no son literatura ni juicios literarios , como eran las que Carmen se cruzaba con Ramón J. Sender. Hasta que   Lilí Alvarez se sintió traicionada  por la última maternidad  de Carmen y se despidió con un brutal  “adios; no me verás más”. 

 

 Carmen Laforet fue una conversa, una  mujer nueva que buscaba la paz interior que nunca halló. Lo cual la llevó  a borrarse literalmente de su mudo, el mundo de la literatura. Eso, explicable en grandes pecadoras, la convirtió en una mujer nueva, pero Carmen Laforet era solo una burguesita catalana, no una pecadora en el sentido estricto que  manejamos  en las grandes conversiones, modelo de las cuales es Ignacio de Loyola. La mujer nueva,  es el título de  una mediocre novela a años luz de  Nada. O de La insolación o La isla y los demonios.

Toda conversión es una especie de renacimiento luminoso; pero tiene su lado obscuro. Todo converso es traidor a algo o a alguien.  Lleva dentro un hereje y por lo tanto un heterodoxo. Amo a los conversos, los herejes y los malditos, que suelen ir juntos. Amo  a los grandes pecadores arrepentidos cuando el pecado ha sido placer intenso, no obligación fatal o el comercio de ser malos.

 Suelen ser los artífices de grandes obras que, en buena  medida, cambiaron el curso de la humanidad. Ignacio de Loyola, por ejemplo, fundador de los jesuitas. He aquí un converso grandioso. Cuando ya no hay conventos ni monjas ni frailes, tengo una amiga que quiere meterse a monja como lo la hija de don Juan Alba. No sé en quedará la cosa. El trauma del español que sueña  tener amores con una monja a mí se me quitó hace tiempo. Ver mi libro Sin pecado concebido (Edit Akal). Empieza así: “el dia en que, sin querer, le toqué el culo a la monja capillera….”

Le he propuesto a Ramón Akal una segunda parte: Reencuentro del capiller y la capillera. Pero le parece una frivolidad. Lo único que le interesa son las cosas de Podemos, las cosas canónicas  y estalinistas de Podemos; sin heterodoxos ni malditos. Como Dios manda.

martes, 9 de mayo de 2017

CONRADO SAN MARTIN, UN GALÁN DE 96 AÑOS


Conrado San Martín el galán más joven del cine español ¡!96 años ¡! Lo recuerdo hace 50  o 60 cuando veía cine en Barcelona, cuando hacía de extra en películas con Antonio Gades y Carmen Amaya como Los Tarantos; cuando en la escuela de actores  de Coll y Espona nos enseñaban técnicas que acaso nunca pusimos en práctica, pero a mí me han valido para orientarme en esta cosa rara que es la crítica.

 Por aquellos tiempos lo recuerdo en una película policiaca, que lo marcó yo creo que para siempre en el género de thriller: Apartado de correos 1001. Hoy lo veo con razonable frecuencia en la sala Tribueñe, acompañado de su hija Olga para aplaudir a Nereida San Martín, la nieta, que es  una estrella emergente. Olga San Martín es una mujer samaritana que el tiempo que sus ONGS diversas le dejan libre, lo dedica al teatro en la sala Tribueñe. En el fondo, otra ONG.

Conrado San Martín el galán más joven del cine español, 96 años. Lo recuerda la Academia de Cine?. Antes de que sea demasiado tarde. He aquí algunos datos; muchos montajes teatrales de primera línea, productor, premios, un centenar de películas a las órdenes de los mejores directores: Pedro Lazaga, Antonio del Real, Vicente Aranda, Jaime Camino. Un animal cinematográfico del que la cámara se enamoraba a primera vista.

SUÁREZ GUANES, MEMORIA DEL TOREO


 

Un almacén de datos vivos contrastados

Hace exactamente tres días en Lazcano, en el desayuno con los periódicos de papel manchados de churros, alguien comentó qué habría sido de José Luis Suárez Guanes, la memoria más portentosa del periodismo taurino. La respuesta ha sido casi fulminante: está muerto. En Lazcano, en la grandes ferias taurinas, coincide un grupo de iluminados que aún leen los periódicos. Ese grupo no forma parte de la intelectualidad, pero leen Marca y el comentario  taurino de Carlos Ilian, rara columna torera entre goles, atletismo, tenis y carreras de coches.

 No es nuevo. Son amigos míos, pero leen a Ilian y más  desde que  yo no escribo de toros. Calculo qué nivel de irritabilidad  va a alcanzar   este artículo en Natalia Millán, tan buena actriz como radical antitaurina; o sea grandísima actriz. Nadie tiene derecho a criticarla por ello y una vez me dio las gracias por “echarle un capote” frente a la intolerancia de algunos taurinos. A veces cuando no anda por Usuhaia se une Carlos Aparicio, un andaluz del Rincón del Sur, una autoridad.

 Otras  veces viene Gonzalo Santonja director del Instituto Castellano y Leonés de la Lengua y aprovechamos para  preparar con el escenógrafo David de Loaysa una sesión de Los toros a escena. Como yo,  que para algo es el crítico del Mundo, Santonja lee a Vicente Zabala.  Yo leo también a Emilio Martínez  de Diariocrítico. Mi prosa, a los taurinos  se les atragantaba por elegante y clásica. Siempre me reprochaban que escribiera para aficionados demasiado ilustrados: duros pero ilustrados, es cierto.

 Suarez Guanes ha muerto y con él  muere la memoria del toreo. Te mando un beso Carmen Esteban. De imaginarme a José Luis  en alguna parte, es en una heladería, agarrado a aquellos helados descomunales que comía en la calle Alcalá, camino de la Ventas. Una gran memoria, un hombre bueno. Un amigo generoso de juicio, que es la más difícil de las generosidades.

sábado, 6 de mayo de 2017

CRISTINA CIFUENTES, INCORRUPTA

La presidenta de Madrid en el Ambigú.
Cristina Cifuentes ha dicho que en Madrid la corrupción se ha acabado. ¡!Bieeeeeen!!!.  A mí esa decisión de limpiar hasta el fondo los Establos de Augías, me parece requetebién. Tarea de Hércules. Ella ha dado al pregonero los trapos sucios del sucios del Canal, gesto de limpieza democrática que, de paso, se ha llevado por delante a Esperanza Aguirre. Hace muchos años yo le ví a la Espe un gran gesto democrático cuando apenas había democracia: dar hospitalidad en el Conde Duque a la pintura de un rojo, el más rojo de todos los pintores, Juan Manuel Diaz Caneja. O sea que de gestos no me voy a fiar. Pero a doña Cifuentes la he visto en el teatro y eso me da una cierta confianza.

 Una tarde en el Ambigú del Pavónkamikaze la tuve  al  lado  acompañada de un fornido guarda espaldas que me miraba como si en mi bastón de cojo  escondiera un sable o  un fusil. Fue el dia en que Ana Wagener  hacía  La voz  humana, de Cocteau.  Al finalizar la representación dio cortésmente las  buenas noches y se marchó seguida del fornido guardaespaldas que no le quitaba  ojo a mí bastón.

Del Arco, Aitor e Israel han convertido el Ambigú en un lugar sagrado del teatro de Madrid. Allí he visto a Clara Sanchís y el asombro de su Virginia Woolf, ahora en el Español; a la citada Wagener y a María Hervás y su Efigenia quinqui, lumpen revolucionario, enamorada y canalla.   Irene Escolar ha echado  el telón a Blackbird en la sala grande. Se acaba así la experiencia  inusual en el teatro español de verla en sesión contínua, sesión doble con la Hervás y su Efigenia. Durante unas semanas ese doblete ha sido lo más atractivo de la cartelera teatral madrileña.

A mi juicio no es la mejor interpretación de una actriz soberana. No es su mejor papel  porque la violencia que se ejerce sobre ella es superior a la respuesta que es capaz de dar su personaje herido. Prefiero El cojo de Inhisman, El público,  De hombres y ratones. O La Chunga. Puede establecerse una línea interpretativa que va desde las Gutierrez Cava, Nuria Espert, Aitana Sánchez Gijón y concluye, de momento, en ella.

Con María Hervás, su compañera de doblete, no se puede establecer esa línea canónica o de escuela. Esta  se mueve con especial fortuna en  monólogos que, a la vez, dibujan  varios personajes: monólogos poliédricos; dirigidos por G. Hinojosa, que le tiene cogido  a Hervás su mejor pulso.  En  Efigenia María está “cumbre”, que decimos los taurinos (si me permite la expresión otra buena actriz, antitaurina,  Natalia Millán, la de  La mentira ).  

A la virgen sacrificada el público femenino  la percibe  como  un alegato en favor de la mujer  ultrajada, no como símbolo político.  Una amiga  me asegura habérsele saltado las lágrimas cuando con ira contenida, Ifhi dice, “usar y tirar”; o “follar y tirar” no recuerdo bien; como se usa un clínex: “eso, y cuando se siente madre, la verdadera naturaleza, creo yo de Efigenia. Me la imagino a Efigenia rodeada de  críos que es acaso lo que más le gustaría, como me gusta a mí , dice mi amiga que nada tiene que ver con el teatro. Si algún dia me  traiciono, y aún eres mi amigo, mándame a hacer  puñetas”.   Lo malo es que nunca he sabido ni creo

 El hecho es que, durante unas semanas, en el Pavón  se ha vivido un auténtico acontecimiento teatral: Irene Escolar y María Hervás en sesión contínua, como en los cines de mi niñez. No estaría de más que se retomase la iniciativa.

viernes, 5 de mayo de 2017

IDEÓLOGO DE PODEMOS SE CONFIESA


Almuerzo político
Uno de los ideólogos de Podemos en la sombra, me invita a almorzar. Es un veterano  marxista con el que llevo discutiendo de Marx, Lenin, Gramsci y otras minucias por lo menos 40 años. Siempre encallamos en lo mismo; ¿fue Gramsci el que abrió la puerta al eurocomunismo que luego Carrillo y su tropa convirtieron en una socialdemocracia de corte estalinista? El  policentrismo de Togliatti, ¿es culpable de algo?.  Mi amigo está en la cocina de Podemos y sabe lo que se cuece en sus pucheros.

 De hecho le  interesan menos nuestra viejas disputas que la posición actual de Podemos, y su espíritu hegemónico  dentro de la izquierda. A mí me pasa igual y si he aceptado su invitación es por si logra aclararme algunas ideas que tengo confusas. A mi amigo se le ha encallecido un poco su antigua y sutil dialéctica. De hecho mi definición de Podemos como partido reactivo no le dice nada y la pérdida de un millón de votos la atribuye a la estrategia equivocada de Iñigo Errejon  cipayo de una derecha que lo está utilizando.

 No admite  posibles errores de conjunto ni una desilusión del electorado podemita. El argumento me suena como recurrente en las luchas fratricidas de los partidos comunistas. Pablo Iglesias de nada tiene culpa: es un Lenin engañado por un torpe  advenedizo manipulador.

Iñigo Errejón está condenado; que, estando tan lejos de Trotsky y su revolución permanente, es un apóstol de la traición condenado por Stalin. Indago si esa presunta derechización no pudiera ser una estrategia posibilista para captar nuevos espacios expansivos. No hay nada que hacer; los hechos son los hechos y la sangría de un millón de votos la ha producido la herida de Errejón. Si no hay traición, hay equivocación, que se vaya a casa. Leo en las redes que Pablo Iglesias  ha prohibido su participación en las tertulias de Hora 25, una empresa privada.  Bobadas, Pablo Iglesias no manda en empresas privadas.

lunes, 1 de mayo de 2017

RAPTO DE LAS SABINAS.


 Rapto y secuestro

La diferencia es muy sencilla; el rapto  es un secuestro con  finalidad sexual  con violencia y menoscabo de la  dignidad de la víctima. Viene esto a cuenta de una divertida controversia que ha tenido lugar  en las redes. Una comunicante al referirse a una persona que, al parecer, le gusta mucho, afirmaba taxativamente; "yo no secuestro, rapto". Está en su derecho y, dado el contexto en que se manifestaba, absolutamente legítimo y digno de alabanza. Yo también raptaría con la esperanza de que la aventura no quedara  en secuestro simple. Puede darse el caso de que el rapto sea consentido; si hay complicidad no hay violencia. Trato la cosa como mera cuestión lingüística. Para no entrar en disquisiciones bizantinas, El rapto de las sabinas, por ejemplo.
 Los primeros romanos de Rómulo y Remo eran casi todos hombres; necesitaban no sólo placer, que podían entenderse entre ellos, sino descendencia. Invitaron a un banquete a la tribu de los sabinos y cuando ya estaban, se supone, un poco colocados los echaron a la puta calle y se quedaron con sus mujeres. Esa es la clave del asunto: necesitaban mujeres y las secuestraron  para satisfacer sus apetitos. En el Museo del Prado hay un magnífico cuadro sobre el asunto y con el mismo  nombre.

Plenitud posible.
No existe vida plena sin sexo satisfactorio. Pero también es cierto que la relación profunda entre un hombre y una mujer, una mujer y otra mujer,  o un hombre y otro hombre,  es posible sin que haya   sexo de por medio; he confiado en la amistad abierta y profunda de   mujeres que me hicieron cómplice de sus dichas.  Y de sus desdichas; de las infinitas dulzuras de Safo  que, en tiempos oscuros, podían haberlas conducido a la hoguera. En la Oprobiosa, cuando Franco algunas mujeres militantes vivieron  doble clandestinidad, política y sexual. En estas cosas el PCE, por ejemplo, era tan intolerante como  la derecha que quería destruir.

Por lo que a mí respecta, en cuanto a mujeres, la experiencia  me ha dado un sentido  antoniomachadiano de las mismas:

        “Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido/ Mas recibí las flechas que me asignó Cupido/ y amé cuanto ellas puedan tener de hospitalario”. A veces me inclino más por la vía sonámbula y epicureista del otro Machado, Manuel: “Yo soy de aquellos hombres/ que a mi tierra vinieron,/ soy de la raza mora/ vieja amiga del sol/ que todo lo ganaron/ y todo lo perdieron./ Tengo el alma de nardo / del árabe español.(…) Besos, pero no darlos”

Carpe diem

Hay que aprender a vivir en cada momento.   No hay pasado desde el momento que un presente  libre y nuevo anula una existencia indeseada. El pasado no importa si somos capaces de ajustar cuentas con él desde nuestra propia conciencia. Tengo en la cabeza  maravillosas  historias para escribir,  una  novela de la cual no seré capaz. Me vaticinaron hace tiempo que nunca  escribiría una novela, que solo valgo para la  inutilidad del poema de amor.   El protagonista empieza diciéndole a una amada  perpleja e  indecisa;  “tú eres quien eres y no  aquella que, para tu mal, crees o creías ser. Y si así eres enemiga de tí, como tu misma te dibujas, yo te describiré perfecta no importa cómo. Sé tú la maga de tus indecisiones y yo seré el brujo de mis lealtades”. Esto ¿es novela o es poema?

Topos,  expías y blindaje posicional

Le Carré me cerca sin salida. Y la gente de Smiley. Malos momentos para mi ánimo frágil y confiado. Veo la película El topo, releo de urgencia la novela. Le Carré envía mensajes frios, optimistas  y de probada eficacia, como es su obligación de diplomático y expía de alto rango. Más que en la lealtad confía en el blindaje y la seguridad de sus posiciones; dice un hombre de Smiley; “serás invulnerable si tienes un secreto sobre tus adversarios más grave que los que ellos puedan tener de ti”. Sucia Guerra Fria de sentimentalides.

 

 

Dias raros sin hacer mudanza.

Días extraños para mí; sensación de desarraigo;  no estar en esa parte del mundo a la que pueda pertenecer y, en cambio, estar en miles de sitios a los que no pertenezco; un hombre deshabitado de sí mismo. Mi amiga siquiatra, me  dice que tengo bajas las defensas del espíritu; pero no le da más importancia.

La amiga inventada

Releo sin respirar,  enteras, Cartas a una amiga inventada,  libro que nunca podré escribir porque ya está escrito. Saint-Exupery se me adelantó. De escribirlo nuevo,  lo haría a mano con buena caligrafía adornada de flores y letra gótica.  Y lo pondría en un Museo para que la gente, aunque no lo leyese, acariciase  sus hojas.