Inicio con este post
la nueva organización del blog con periodicidad fija: los lunes de cada semana
como varios seguidores me han sugerido
Modigliani
o Rubens
Siempre recibí de las mujeres más de lo que di. Sobre todo de
la mujer que lleva aguantándome como abnegada compañera 50 años. Por eso no es
de extrañar que en mi poesía el amor sea una constante. Y sexo otra constante; sobre
todo sexo. Publiqué hace años un libro del que me siento especialmente satisfecho: Sonetos de fuego y nieve. Pagar en
poesía….es ¡¡buen negocio!! Para mí; no tengo otra cosa.
¿Mujer Modigliani o mujer Rubens? Da igual si es capaz de soportar el abrazo y el beso y devolverlo
con más temperatura.
Cartas
a una amiga inventada
El libro que me gustaría escribir en
estos momentos ya está escrito por Saint-Exupery.
Cartas a una amiga inventada. Serían
cartas manuscritas, dignas de un facsímil para bibliófilos. Voy a
intentarlo, lo he intentado ya pero
últimamente no me sale nada. ¿Dar con la amiga adecuada o con el tono epistolar
exacto? ¿hay una amiga en busca de un
cartero o el cartero de Neruda anda buscando
destino para su canción desesperada?
Mi
padre era cartero, peatón cartero, lo cual no me sirve de mucho. La vida no
sirve de nada. La vida es ficción, yo soy pura ficción. Cuando en ocasiones te estrangula la
realidad, te vomita tu mierda y
la suya en la cara. Siglos de iluminación los apaga un minuto de error o de desastre, la hora tonta que dicen
los gitanos. A lo peor el mundo es una larguísima hora tonta de miles de
millones de segundos todo ha sido una hora tonta. Y admiras a un poeta que nunca había sido tu
predilecto, solo por un verso: “la certeza
de no haberme equivocado en nada, sino en aquello que más quería”. Para
algo ha de valer la literatura; para la
venganza o para la melancolía.
Mujeres
fatales
Hay mujeres que manejan a los hombres
como sicarias de no sé qué
destino implacable. Esto lo sabemos muy bien los lectores de Hammette y Chandler que para mí siguen siendo los modelos de novela negra
nunca superados. Excluyo de esta clase
de mujer la que inmola, toda una vida, por amor que es otra forma de fatalidad.
Sobre todo para ella.
En toda mujer fatal hay una sensación de culpa
que la redime de sus deslealtades. Eso pasa en la canción española, de la que
soy fervoroso seguidor desde mi más tierna infancia. En primer lugar de
fatalidad está la mujer sincera que dice necesito estar contigo para creerme
esa mujer que te has inventado. No me invento mujeres; a lo sumo ilumino su
parte peor alumbrada.
Trump el muñeco diabólico
Tiene pinta de muñeco
sobrepasado de pilas, de energía. El trumpismo
no es un sistema, no es un
pensamiento político ni un fascismo de nuevo cuño; es un magma abstracto y
gelatinoso que amenaza al mundo y muy en especial a México. México es una
civilización violenta y hermosa, siempre sobre o bajo el volcán; lo cual va a
dar pretexto a Trump, como si necesitara pretextos, para humillar a los mexicanos. Decíamos en
tiempos que los presidentes norteamericanos eran incapaces de pasear
y mascar chicle a la vez. Y que bajo los efectos de esa descoordinación tomaban
sus principales decisiones políticas.
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