domingo, 29 de mayo de 2016

LA FARÁNDULA Y EL BUEN YANTAR


Guia Gastrocómica del España

A la vista de este libro, producto de la sagacidad y el buen paladar de María Diaz, quizá haya que variar el concepto de austeridad que algunos tienen de los cómicos. Los cómicos de la legua comen bien; han descubierto esos lugares del mapa de la farándula donde  los buenos sabores rivalizan con los buenos precios. Y se lo han contado a María Diaz que lo ha puesto en este libro. Cada  taberna, mesón o posada tiene aquí su defensor y sus razones: sus recetas, sus platos especiales marca de la cs. Docenas de humildes, o no tan humildes, establecimientos que tienen a honor que los cómicos de la legua, cuando van de bolos o gira, se hayan sentado cerca de sus fogones.

 Los cómicos, pues, comen y comen bien  a tenor de los juicios que dejan este libro, ya no son esos malditos muertos de hambre que, según El viaje entretenido, ajustaban sus funciones  a la caridad o las posibilidades del cura, el barbero  y el alcalde de un pueblo. Estos a veces les pagan con pan, huevo y sardina. Y otras hogaza entera de pan, racimo de uvas y olla de berzas, y cuando mejor olla de vaca o de carnero, vino aguado y en ocasiones sin bautizar, gallina asaday liebre cocida. Todo según tasa categoría y pacto.

Cumplen con esto los cómicos la primera norma del Arcipreste, según la cual el hombre labora por haber mantenencia. De la segunda, haber juntamiento con fembra placentera, no dice nada esta Guia gastrocómica;  solucionada la primera premisa justo es pensar que la segunda, entre cómicos, es de más fácil solución.

La guía gastrocómica  se presentó  el otro dia en la sala Mirador en un ambiente que rezumaba alegría, buen yantar y fraternidad de la gran familia de la Farándula, con Nur Levi de maestra de ceremonias. Nada más ver este libro a algún feriante taurino, se le ha ocurrido hacer la Guia Gastrotáurica. Yo que he sido feriante cómico y feriante taurino me conozco ambos mundos. La Guia Gastrotáurica no tendría  el sabor y el ingenio y el humanismo que tiene esta. Lo de los toreros es cuestión de dinero, van a los hoteles y los sitios más caros; puro lujo que no siempre se corresponde con el buen comer. No hay guía Gastrotáurica posible.

 

La hija de Lolita

Otro libro presentado hace poco  es una sorprendente novela Cada noche, cada noche (Editorial Siruela) de Lola López Mondéjar. En la librería Alberti, centro cultural de la Santísima Transición y aledaños. Eje de una cultura liberada. Hoy ignoro qué es o qué siga siendo; en principio, ocasión de conocer esta novela que me ha obligado a releer a Nabokov. Y que, por lo tanto, me hará volver a Cada noche, cada noche, causa y origen de esa relectura navokodiana. Y ya, de paso, trataré de descubrir la amplia y verdadera dimensión de esta autora  de sólido prestigio aunque  de minorías,  maestra del género corto en libros como El pensamiento mudo de los peces, Lazos de sangre,  y La pequeña burguesía. Autora de  varias novelas, fue finalista  del Premio Torrente Ballester  con Mi amor desgraciado.

 Cada noche, cada noche es un libro de esos que te encuentras muy de tarde en tarde que te atrapa desde la primera escena: un pareja elegantísima, bailando torpemente en la desarmonía de una soledad aplaudida y compartida multitudinariamente. Después empieza la danza del recuerdo, del tiempo, del dolor y la enfermedad incurable que nos devuelve una forma de libertad que acaso no sospechábamos.

Dolores Schiller, la protagonista, es  explícita:  “ Empezaré por el principio. Mi madre se llamaba Dolores Haze, pero ustedes, de conocerla, seguro que la conocerán por Lolita”. Dolores sospecha, y deduce  de los papeles que le ha entregado su padre, que es hija del personaje  de Navokov,  que murió del parto.  

Cada noche, cada noche es un territorio múltiple donde se cruzan vidas, tiempos fantasmas y realidades.  Un territorio eminentemente literario: de un lado, la marcada sexualidad de una mujer hasta convertirse en símbolo del deseo recental y en agraz; de cierta perversiad inocente; el morbo de la inocencia pervertida. De otro lado, todo lo contrario: la frigidez, la ausencia de deseo, el sexo como amenaza fría y gélida. Cada noche, cada noche es a veces un sueño; casi siempre una pesadilla.

miércoles, 25 de mayo de 2016

EL MEJOR CERVANTES; ENTREMESES EN TWITER.


No aspiramos al Premio Cervantes.
No es seguro que a Sara Moraleda y a mí, a Ernesto Arias y a todos los que en Twiter se han unido a la operación rescate de Cervantes, nos vayan a dar el premio que lleva su nombre, el Nobel de las letras hispanas. Ni siquiera es seguro que el Instituto presidido por García de la Concha reconozca nuestros méritos invitándonos a dar alguna conferencia   en defensa del teatro cervantino. Lo haríamos muy bien; Sara es una magnífica actriz y Ernesto es un excelente actor. Y yo me bandeo razonablemente en el difícil arte de las conferencias escenificadas.

 Podriamos entendernos, pues  siempre que escribí de Moraleda y Arias  escribí elogiosamente.  Sólo nos quedan cuatro entremeses. Luego, cada mochuelo a su olivo. Si a Moraleda, Arias o a alguno de nuestros ya numerosos seguidores/as no se les ocurre alguna cosa.  A Moraleda, antes de acabar con los entremeses, se  le ha ocurrido empezar con las Novelas Ejemplares. Viaja a México. Le recomiendo  que regale a  Arturo Beristain mi libro de poemas taurinos El fulgor del círculo. A Beristain le interesa todo lo mio de toros más que el teatro.  Mando saludos para Nacho García, el español que manda más en México desde Hernán Cortés.

Almuerzo en el Gijón, dónde si no, con Xus Romero y   Santiago Sánchez, de L,Om Imprebís, dos de mis referentes. Xux Romero, mi territorio Chejov  preferido desde que la vi en Tio Vania, convalece con buen ánimo de unas peripecias de salud ya superadas. Ha empezado  a hacer cosas de doblaje, arte en el que es una experta. El regreso a la escena, un montaje por todo lo alto. El miedo al dolor es peor que el  dolor mismo. Y Xus ya ha superado esa etapa. Ahora, a esperar ese montaje. No veré cosa de Imprebís, salvo la Crazy Class gran espectáculo que viene diez días más al Calderón, hasta que Xus Romero vuelva a pisar el escenaio.

Un correo equivocado me pone en contacto con otra actriz a la que admiro mucho y lamento ver tan poco en el escenario: Yolanda Ulloa. ¿Azar?. Azar y destino. Las cosas no ocurren porque sí. Habrá que averiguarlo. Y saber si esta gran actriz vuelve a los escenarios o prepara alguna cosa que sea digna de recordación

Guerra a la creación artística

Con retraso  me llega el artículo de Javier Reverte sobre la jubilación y la libertad de creación. Lúcido y clarividente. Por una ley que todos los partidos consideran obsoleta, se pretendo obligar a los creadores, acaso en su mejor momento creativo, a elegir entre la pensión que han apoquinado durante 50 años o seguir creando. Se trata de un robo manifiesto porque la pensión no es un regalo, sino un derecho adquirido  tras muchos años de cotización. Y se trata sobre todo de una agresión a la cultura, propia de mentes totalitarias que temen la libertad. El PP es el principal defensor de la tropelía, pero tampoco a los demás partidos se les ve entusiasmados por abolir una ley ambigua que todos consideran, teóricamente, fuera de cacho. En cultura, Podemos es tan retrógrado como los demás y ni siquiera tiene programa cultural definido, no digamos ya programa teatral. Sigo sin noticias de que, decapitado Juan Carlos Pérez de la Fuente, Celia Mayer haya pisado, por fin, su teatro. Pérez de la Fuente se ha despedido en plan intimidatorio  MacArthur: “Volveré”

 

lunes, 16 de mayo de 2016

ELOGIO DE ACTRICES, COSAS DE TEATRO


Diario de una semana improvisada

Lunes y martes.- Se me desgonzó, se salió de sus goznes, la semana del 9 de mayo y todos mis planes se fueron al carajo. Hube de reconstruirme, deconstruyéndome previamente. Contesto una carta de Nuria Espert que me habla de la corona de sonetos que le dediqué en el Mundo. Me entero del Premio Princesa de Asturias y termino la epístola  en el sobre, por fuera, para gozo, supongo, de los carteros. Constato con algunos miembros del jurado que los sonetos nada han tenido que ver en la concesión del premio. Vuelta de tuerca al libro alucinado que me explosionó en pleno corazón la pasada Semana Santa, Deconstrucción del amor.

Miércoles.- Hablo con Ramón Fontseré, Gonzalo Santonja y David Loaysa del espectáculo que preparamos para el día 19 de septiembre en Salamanca. Posibilidades de reforzar el folclore, el typical spanisch con un personaje de ganadera enamorada del maletilla, tonadillera tórrida o suripanta fría. Freno las memorias Javier Villán; una vida de teatro. Hay sucesos muy próximos y no quiero calentarme con ellos. Mejor esperar.

 Jueves.- Abro una botella de Cigales, un clarete excepcional, y me sumerjo en La lengua del III Reich, de Viktor Klemperer; inmersión  estrictamente profesional. Desciendo, refrescado por el vinillo, a los infiernos de mi monólogo Lager (campo de concentración) que hará Zutoia Alarcia retirada estos días a la meditación transcendental para reencontrarse consigo misma. Zutoia es la actriz fetiche de Alfonso Sastre. Y lo era de Pérez de la Fuente hasta que en la cuestión Sastre, Pérez de la Fuente empezó a ser fetiche de sí mismo.

También se ha retirado no sé dónde la indómita y puteada  Jbara, la mora selvática de Confesiones a Alá.  Fuentes próximas me dicen que María Hervás prepara Ifigenia en Vallecas; siempre personajes al límite: sacrificio en el ara de la divinidad, subversión, insurgencia.  Recuerdo Ifigenia en Aulide, que no es Vallecas. Vallecas va a permitirle a María Hervás esa “poética de barrio” que forma parte de su estética. Y de su ética. Tengo curiosidad por ver este próximo trabajo vallecano. Espero noticias de Ortiz de Gondra, y  su historia vasca, que releo como si en ella fuera a trabajar yo.  

Mi admirada Xus Romero, la dulce y mínima Xus de L,Om Iimprebís, una de mis favoritas en el territorio Chejov, se repone de múltiples achaques. Pronto volverá a los  escenarios, aunque no sé de qué forma. Me lo contará pronto.

Con Sara Moraleda, de la que siempre escribí bien y a la que conocí en la cena   del Valle Inclán, he comenzado en twiter una reivindicación de Cervantes; nada que ver con el numanticidio perpetrado recientemente en el Español; es un juego sobre los entremeses cervantinos al que se unió enseguida Ernesto Arias, la periodista María Martínez ex de El Mundo, David de Loaysa y varios más. ¡! Viva Cervantes ¡!.

 Me fallan las malditas piernas y no puedo ir a Unir a ver La conquista de Jerusalén, un posible inédito de Cervantes. Asignatura pendiente para el primer jueves que pueda.  Avanzada la noche me llama Ignacio Amestoy preocupado.

Viernes.-

A las 11,00 veo en Tribueñe La Celestina, de Carolina Calema. Colosal trabajo. A las 12,30 presento en Las Ventas el libro de Lopez Galiacho, De  frente, en corto y por derecho. Le dedicaré un post. Recibo la revista Artez con mi artículo sobre el Valle Inclán, que remito enseguida a Luis María Anson. Lo mejor no es mi artículo, sino el editorial de Carlos Gil: “hacemos ver que no pasa nada porque el futuro puede ser todavía peor”. Artez resiste, resistimos. Sin cobrar un duro, pero resistimos. Quien quiera saber sobre el premio de teatro más importante de España en mi artículo está casi todo. Y cosas sobre Aitana Sánchez-Gijón.

 El Premio se está reestructurando y para contribuir a ello he puesto mi dimisión en manos de Ánson y Garrigues; el próximo año quiero sentarme entre los candidatos/as, aplaudir a mis favoritas/os, ser un hombre normal y no un juez desgarrado entre el optimismo de la voluntad y el pesimismo de la inteligencia.

Sábado.- Salgo a la calle a comprar los periódicos y el pan y me encuentro con mi actriz favorita, la mendiga Alina, que es casi una niña; guapa, rumana, madre. Hoy le duele el estómago, ayer las lluvias le habían provocado un reuma. Otro día se cabrea  con una rival que le quiere quitar su esquina: “es un puta, no le des nada”. Hasta en el lumpen hay lucha de clases cuando esta ha desaparecido ya como motor de la historia. Alina se marcha a Rumanía porque su niño se le ha puesto enfermo y acaso no confía demasiado en los médicos españoles. Es el papel que mejor le va, lo borda, el papel de joven madre afligida.  Alina, sin saberlo, me ha dado algunas  claves para el capítulo más divertido y cachondo de Mi vida de teatro: “Nunca me enamoraré de una actriz”. Carta de Eva Sastre Forest y de Alfonso Sastre. Les prometo ir un dia a Hondarribia y contarles, hasta donde sé, el culebrón del Español.

Domingo.- Descanso absoluto. Reflexiono: soy un producto de la piedad del  Seminario  de Palencia y  de la golfemia canalla de las Ramblas de Barcelona.  No soy de fiar. Bien mirado no ha sido mala semana; quizá mejor que la planeada.

Lunes 16.- No iré a la pradera a bailar un chotís, vestido de chulapo;  del bar, donde a diario leo el Marca para enterarme por la crónica de Carlos Ilian, de cómo van las corridas de las Ventas,  me suben unas sabrosísimas Rosquillas del Santo. Y desde el ventanal de mi despacho veo los destellos de un magnífico día de sol.

jueves, 12 de mayo de 2016

ESPERT, PRINCESA DE ASTURIAS; PEREZ DE LA FUENTE, FUERA DEL ESPAÑOL

Una destitución anunciada.
Ayer tuvieron lugar dos acontecimientos teatrales de gran calado, aunque  de distinta significación: la “ejecución”, ya sin apelación posible, de Juan Carlos Pérez de la Fuente como director  del Teatro Español; y la concesión del Premio Príncesa de Asturias a Nuria Espert.

 El domingo baja el telón Numancia y el domingo concluye Perez de la Fuente su mandato. Traerá cola, es de suponer. A lo mejor, ahora conocemos a Celia Mayer concejala de Cultura, que sigue sin pisar el Español, su teatro. A lo peor, no es que Celia le tenga tirria al cesante; a lo mejor es que el teatro a Celia Mayer y al Ayuntamiento de Madrid les importa un güevo y la yema del otro

Perez de la Fuente, puesto por Ana Botella,  estaba crucificado sin atender razones  de programación,  desde que Podemos llegó a la alcaldía de Madrid.  El numanticidio, que  ha perpetrado en connivencia con Luis Alberto de Cuenca, con el montaje de la tragedia de Cervantes, nada ha tenido que ver en su destitución, aunque sea un borrón en la carrera.  Los que vengan ahora también vendrán a dedo, aunque se cubran las apariencias con formulismos burocráticos.

 Pérez de la Fuente fue perdiendo apoyos de la izquierda, cuando muchos empezaron  a no ver claro que en la  base de su programación fueran a estar Alfonso Sastre y Max Aub como había prometido.   Pero tenía proyectos  de programación, cosa que no sé si tiene Podemos, a los que  el teatro les interesa poco o nada. Están en otras guerras. A quienes  vengan hay que  concederles, como a todos,  el beneficio de la duda: por sus obras los conoceréis.

Princesa de Asturias.

En cuanto a Nuria Espert,  la enhorabuena más grande y más  cordial. Todo lo que tenía que decir de ella lo dije en la corona de sonetos que hace dos semanas publiqué en el Mundo y que reproduzco aquí.

Versos de Arte Mayor para Nuria Espert

TEJEDORA de sueños, hilandera

del copo, de la flor y de la llama.

La que enhebra la aguja y se proclama

diosa de la farándula y santera,

 de Eurípides la voz; santa y ramera

dulcísima,  en silencio ríe y clama

 en papeles de fámula o  gran dama

 a la que el astro sol arde y  venera.

 La que el verso somete,  la que amansa

 tempestad de palabras en espumas.

 La que nunca flaquea ni se cansa

volando entre las  nieves o las brumas.

 Sacerdotisa, en vez de restar sumas.

Y en tí el sueño se mece y se remansa.

 

LORCA te da limones de sol frio.

 Yerma, estéril de macho y primaveras,

sequedad de rastrojos, polvo y eras.

 Adela y su tristeza de rocío,

 Bernarda hiena, hierro y enlutada.

 Sangre y boda de pana y de cuchillos,

 los cascos del caballo sacan brillos

 a la luna y la noche alborotada.

 

 Relincha el garañón, Pepe el Romano

 busca un virgen desnudo en la ventana.

La luna se desangra vena a vena

de estaño derretido por tu mano.

Mientras la almohada humedecida y vana

 huele a azahar, romero y hierbabuena.

 

SARTRE pone en tu boca la emoción

 de puta santa. Brecht y el ángel bueno

 de Swam, te mira dúplice y, de pleno,

 Hamlet te da venenos sin perdón.

Genet es tu criada y te venera.

Lope te esconde tu alma en el almario.

Y conserva tu amor en un sagrario.

Miller te besa y libra de la hoguera.

 

Lope es tu amante infiel y libertino,

mientras Victor García, temerario,

te hace subir del Gólgota al calvario.

 Victor sufriente y cruel, el genuino.

 ¿De quién eres vestal y relicario?

¿Cuál es tu soplo, cuál tu don divino?

Estrambote múltiple y desorganizado.

Eres sacerdotisa o eres diosa?

Eres la religión o su oficiante?

Eres mujer o esa suprema cosa

 que se llama teatro, susurrante.

 Altar y sacrificio y camerino.

 Lugar sagrado del sueño y del milagro.

De dónde vienes, Shakespeare o Cervantes?

 Cuál es tu origen Lorca o  Siglo de Oro?

Cuál es tu fin,  quién  te vio errante

desnudarte del pie velando tu cintura

 de cortesana dulce, pura, orante.

 

Los animales nocturnos de Mayorga.

En la Sala Jardiel, los mismos animales  de hace dos décadas, año más  año menos, en el Teatro Guindalera. Idénticos a los que aparecen en una edición de 2003.  Con los mismos puntos las mismas comas e idéntica estructura textual y teatral. No creo que  haya partido de Juan Mayorga la idea que circula por los medios -prueba de la frivolidad y ligerezas periodísticas- de que es una reescritura adaptada a los tiempos actuales de refugiados y sin papeles. La ley de extranjería estaba entonces y está ahora.

Tengo Animales nocturnos por uno de los textos más inquietantes y turbadores de Mayorga; terror en la envoltura de unas peripecias cotidianas, de seres absolutamente normales. El Hombre Bajo (Jesús Torres)  el personaje en el que se sustenta esa amenaza de terror, es un vecino ejemplar que oculta  el poder inconcreto de un misterio más intuido que real. Me gusta la blandura aparente de Torres, el presunto malvado, para expresar su amenaza.  El Hombre Alto (Pablo Gómez-Pando), el sin papeles, es un ser atenazado por el miedo que lo convierte  en súbdito sumiso; el  vasallaje del pánico. Desde esta óptica del miedo se entiende un personaje débil y vulnerable frente a la rotundidad   de su compañera la Mujer Alta  (Viveka Rytzner). Acabará apoyándose en la mujer de su opresor, la Mujer Baja (Irene Serrano), liberada del insomnio y de sus fantasmas. Correcta interpretación de un preciso naturalismo  de un equipo joven y poderoso.

 

  

 

 

 

miércoles, 11 de mayo de 2016

EL PREMIO UMBRAL A UN POETA: CABALLERO BONALD


Significado de otorgar el Premio Umbral a un poeta.

Tarde de lluvia en Madrid. Chaparrones; tiempo atemporalado de esos que a Paco Umbral le hacían enroscarse la bufanda roja a su  garganta herida; y encasquetarse el sombrero sin perder  la compostura; ni la propia ni la del sombrero. Si el suicidio es el sacramento del dandy, una bufanda mal llevada o un sombrero sin la adecuada simetría   puede ser la negación radical del dandismo. Manu Llorente, presidente del jurado y redactor jefe de Cultura de El Mundo, me invita a la entrega del Premio Francisco Umbral a Caballero Bonald por un libro de poemas, Desaprendizajes,  en la línea de la ética  insurgente y rebelde de Caballero Bonald; la poesía de un desobediente, como a él le gusta definirse; versos, de desafecto   a un sistema de pensamiento gregario. 

Siempre el Francisco Umbral se ha dado a una novela. Por primera vez se otorga  a un poemario y eso es un gozoso suceso para los lectores de  Caballero Bonald  y para los que creemos que Paco Umbral, con los precedentes de Juan Ramón y Cernuda es, posiblemente, el mejor crítico de poesía de la segunda mitad del siglo XX. Caballero Bonald es más determinante como poeta que como narrador, al que, sin embargo,  no puede negarse el  peso realista de Dos días de septiembre; un realismo social al que Caballero no se pudo sustraer;  ni la jerarquía  estilizada de Agata ojo de gato.

 El poeta de Jerez se ha quedado sólo en una luminosa y vitalísima ancianidad de 90 años, con la lejana compañía de Francisco Brines  en Valencia. Ley de vida; pero no es esta soledad lo que a sus lectores nos preocupa ni nos interesa en estos momentos. Lo que interesa  destacar es que siempre, a través de su poesía, mantuvo el equilibrio  entre el compromiso de resistencia y el compromiso poético. En su generación,  a unos no les preocupaba la política ni el compromiso, -la esencialidad metafísica de Claudio Rodríguez por ejemplo-    y otros subordinaban la estilística a una moral de  resistencia,  Ángel González y José Agustín Goytisolo. Por simplificar.

 No sé cómo acabó la fiesta  en la sede de la Comunidad de Madrid  y me fui antes de que empezaran las loas, las laudatios y los ágapes. Esa inmemorial tendencia a la huida, al escape de los ritos sociales la subliteratura de la concentración de cerebros, ávidos de gloria y escasos de talento.  Me lo decía Umbral: “Querido….Te falta pasarela”. Supongo que, como es de esperar, la fiesta entre umbralianos acabaría reivindicando la corona del maestro cada uno para sí mismo. Demasiados aspirantes para un trono inaccesible.

Otro nexo entre Caballero y Umbral. Me atrevo a asegurar que Caballero Bonald fue el primero en situar en su justo lugar el alcance inmenso de   Mortal y Rosa en la poética narrativa de Paco  y en la literatura española, lejos del tópico “el mejor libro de Umbral”. Mortal y Rosa no es el mejor  libro de Umbral; se me ocurren por lo menos diez o doce mejores libros entre  ellos  Ramón y las vanguardias, Lorca poeta maldito, Los botines blancos de Piqué, El César visionario, Y sobre todos Un ser de lejanías; ahí no hay duda; el mejor libro de Umbral por los siglos de los siglos.

 

sábado, 7 de mayo de 2016

TOROS Y TEATRO. De VALLE INCLÁN A JUAN BELMONTE


La última crónica de mi vida.
Mañana de toros en el Palace. Gran corrida organizada por el Mundo: Teatro y Toros. Lleno hasta la bandera. Y no llegamos a la reventa por decencia. Empecé abrazando a Borja Ortiz de Gondra que, al relance,  me llevaba el original de su última obra, Una historia vasca;  y acabé en el Gijón desmenuzando esa obra con la precisión que antaño procuraba aplicar a las  faenas de toros.  Allí me encontré con Simón Casas, el empresario ilustrado y con Curro Vázquez torero sobre el que escribí,  probablemente, mi mejor libro taurino. Al menos eso dice Verónica Zabala, currovazquista hasta la médula. Gran ocasión, pues, esta del Palace, que propicia  la  última crónica  de mi vida, como la postrera e inevitable  farra del tango.

El suceso  taurino me arrancó de los afanes de una semana  especialmente intensa llena de revuelos y turbulencias emocionales. La cúpula del Palace, la única plaza cubierta que tolero, era ya de por sí un incentivo. Pero sólo el Teatro y su   vinculación con los toros lograron sacarme de mi retiro. Hice gallardamente el paseíllo, más o menos,  apoyado en uno de los bastones más bellos de la hermosa colección que me han regalado los amigos. Entrañable gente del toro siempre un poco rebrincada. Con verdadero afecto, alguien me dio un abrazo e hizo la pregunta que otros no se atrevieron, “¿vuelve el jodido cojo”?. No, el jodido cojo no vuelve, estad tranquilos. El jodido cojo se queda en casa. Pero amo el toreo y la sabiduría vital que me ha proporcionado en mi turbulenta vida.

Primeros espadas.

Vicente Zabala me recibió a porta gayola. Poco antes habían hecho un paseíllo desordenado  Mario Gas y Ernesto Caballero, invitados de honor de la Farándula. Mientras, Ponce, Rincón, Roca Rey y hasta el propio Victorino Martín ensayaban lances de salón con la tora, el carretón, que no es lo mismo que ensayarlos ante un Victorino de cinco años. Polvo de los capotes, aires camperos. ¿Profanación de la sagrada carpa del Palace?. No. Grandeza de la Fiesta que sube a los  palacios. Hasta Francisco Umbral que hacía de esta  cafetería su plaza de tientas, hubiera disfrutado ayer.

Mario Gas y el recuerdo de su tio Mario Cabré.

Hizo el despeje de plaza Francisco Rossell. Vicente Zabala me cedió toreramente la  presidencia del acto y me puso en suerte el argumento central  del festejo: Teatro y Toros. Y ahí Mario Gas, que sigue teniendo en un altar a su tio Mario Cabré, y Ernesto Caballero hicieron al alimón la gran faena torera de su vida. Mario Cabré, gran capotero, versos…Y la divina Ava Gardner, la diosa golfa y borracha del Olimpo. Evocación inevitable de Sánchez Mejías, su obra Zaya; Miguel Hernández, redactor de la gran Enciclopedia taurina, el Cossío. Yo arranqué con mi cita clásica; Valle Inclán y su amistad con  Juan Belmonte; don Manolito y don Estrafalario que, en  Los cuernos de don Friolera,  pedían para el teatro la pasión del mundo de los toros. Vicente Zabala tuvo una mañana de puerta grande; a veces con rango de figura y a veces  con recursos de lidiador antiguo, corriendo el toro a una mano y yéndose al pitón contrario.

El rojerío contra la “nueva zquierda”.

 Con la Farándula de por medio, la cosa por su propio peso tenía que politizarse. Mario Gas abrió el fuego, secundado por Caballero,  diciendo que esta nueva izquierda antitaurina “no es nueva ni es izquierda”. Rematé yo con un media verónica “crujía”: el marxismo primario de Podemos, que no sabe de toros y menos aún de teatro. Ponce, Rincón, Roca Rey y Victorino Martín sobrios y en su sitio: defensa de la corrida desde el respeto y la libertad. La oratoria de Ponce ha alcanzado la elegancia de su toreo. Y un recordatorio a Hacienda y el maldito IVA. Si los toreros se llevaran los dineros a Panamá y otros paraísos fiscales, como ya ha hecho algún progre de relieve, -Almodóvar y dicen que también Imanol Arias-  no tendrían esos problemas, a lo mejor, no lo sé. Por cierto ¿ha pisado ya Celia Mayer el Teatro Español?. ¿Tienen un programa o se aferran a la máxima tan graciosa de Pablo Iglesias, el teatro “esa mariconada”?.

La vieja izquierda sí era taurina.

Y torera, valga la metáfora. Aunque yo no creo que la corrida tenga filiación política. Conocí a muchos de la izquierda genuina, la heroica, que salían de Carabanchel y lo primero era irse al tendido 7 de las Ventas. No  conté en el Foro, pero la cuento ahora, la gran putada que Domingo Dominguín les hizo a Federico Sánchez y a Romero Marín, alias el Tanque, oficial del Kgb, cuando le pidieron ver la corrida de la Beneficencia. Con el papel agotado, los colocó bajo el palco de Franco rodeados de secretas y maderos.  Semprún y el Tanque eran las piezas más buscadas por la policía franquista. Y aunque, curtidos en clandestinidades, no pudieron ver la corrida en paz. Domingo argumentó después: “y dónde ibais a estar más seguros que a 20 metros de Franco?”.

Cuando Esperanza Aguirre era concejala de cultura.

En primera fila Esperanza Aguirre a la que recordé luego algo de lo que no se acordaba. Siendo concejala de cultura, o se lo que ahora es Celia Mayer le pedí las slas del Conde Duque para una exposición de Caneja; le avisé, “ es un rojo de cárcel que sigue siendo rojo”. Le preguntó a Caruncho, su asesor: “¿es buen pintor?”. Y Caruncho: “un genio, un pintor de culto”. “Pues adelante”.

Tengo derecho a mi aburrimiento.

Después de haber escrito unas 3.000 crónicas de toros, los toros han acabado aburriéndome, pero exijo mi derecha a elegir mis aburrimientos, que nadie me los imponga. Y afirmo que la corrida, desde este ámbitos de libertad, contará siempre con mi apoyo. En primera fila, Adolfo Suárez, Juan José Padilla, Ramón García el radiotelevisivo, asentían. Acababa  de presentarles a Isabel Prince a la que hace mucho tiempo, cuando yo dirigía el Teatro Universitario de la Politécnica, los universitarios proclamaron “las mejores pierna del teatro español”. Hasta la media sonrisa del Pirata, petrificada por una cornada y el moderado entusiasmo de Ramón Garcia, alcanzaron a calibrar que aquello bien pudiera haber sido cierto. Padilla es un torero aguerrido al que tengo un respeto imponente. Hace años le ví en Logroño tres naturales inmensos una tarde e vendimio y oro. De haberlos dado Curro Romero, habríamos dicho que se pararon los relojes

Y el Flamenco.

Toros y Teatro. Y flamenco; que no se me olvide el flamenco, aunque en este Foro no tocaba. Pero allí estaba Antorrin Heredia,  el Faraón de la Quimera. Y gran actor además de cantaor jondo. Con Gonzalo Santonja buscaba fechas para retomar Los toros a Escena,  creación del Instituto Castellano y Leonés de la Lengua.  Con Ramón Fontseré  y David Loaysa, preparamos para la Feria Salmantina un magno acontecimiento. Faltaba Antonio Cirre, el Yunque, un sabio de los viejos cantes, un cantaor antiguo que se repone de un percance de la vida: un puntazo corrido. Escuchando los recuerdos y el cante del Yunque he aprendido mucho de flamenco.

María Toledo llamó a última hora excusándose porque se prolongaba su grabación en televisión. A Maria Toledo yo le he hecho letras de urgencia para toreros. Luego a las tres horas, de madrugada, me las cantaba al teléfono, “qué te parece?”. Igual que Alfonso Navalón me llamaba para leerme una narración recién  terminada. Alguna noche Ana no los mató porque la pillaron en su versión samaritana de Santo Job. Ya de despedida me sorprendió el grado de coincidencia que pude alcanzar con Juan Pedro Domecq, al que no conocía.

 Y me fui al Café de Gijón con Borja Ortiz de Gondra a hablar de su obra de teatro; una obra sobre la culpa y el perdón, sobre el arrepentimiento y el olvido. Y sobre la herida abierta de la sociedad vasca y de este país llamado España condenados a matarnos  cada 30 o 40 años. Si Borja logra armar el reparto que tiene  entre manos, Un historia vasca será una bomba…Con perdón..