Un dia las Pingüinas me ajussticiarán .
No le dio tiempo a Fernando
Arrabal a bajar del avión para
llegar a los salones del Teatro Real. En
la primera votación quedaron eliminadas las Pingüinas,
algunas de las cuales andaban por allí, esperando al jefe que las
dejó solas por uno de esos golpes justicieros del destino. Como yo estaba dentro, en un reservado, con el resto del jurado, no sé cómo recibieron la ejecución sumarísima del padre.
Moriré un dia devorado por las pingüinas a las que no hice
caso en el estruendoso montaje de Pérez de la Fuente, moteras belicosas. Un dia moriré a manos de las pingüinas y no por
un acto de amor, sino por devoración múltiple y caníbal. Desde aquel
estreno me encuentro de vez en cuando con algunas pingüinas; en la calle, en un
bar, en un estreno. El dia 11 andaban por allí, en la misma mesa, María Hervás, candidata al premio
por TeatroSolo y no por por pingüina, Sara Moraleda y alguna más cuyo nombre y
figura mi memoria no acaba de fijar. De la función del Matadero no las
recordaba yo tan atractivas y femeninas, si
me permiten tan anticuada expresión.
Bien mirado, no fui duro en mi crítica con Pingüinas. Releo la crítica y no hay crueldad, solo que no nombré a las actrices,
algunas muy admiradas; acaso porque el espectáculo en sí me parecía
innombrable. Escribí: “hay 10 minutos formidables y bellísimos en este montaje;
el encuentro de Cervantes con su madre,
que remite a la dolorosa relación madre-hijo que ha torturado siempre la
vida de Arrabal. Y el final (…) la lluvia nupcial como levísimos granos de
arroz, la danza del apareamiento (…) que redime la imagen de marimachos con que
Arrabal adorna a las Cervantas”. A mí me parece que esto no está mal ¿no?
Aunque se esperaba a Arrabal, quien no estaba en la cena era
Pérez de la Fuente que debieran haberlo puesto a su lado; Juan Carlos debía de estar en los ensayos ,
en el cerco de Numancia, suicidado quizá, en la pira, abrasado,
o cercado por los escipiones y las escipionas que lo asedian en el Español sin declaración oficial de
guerra. Tengo ganas de ver su Numancia,
la tragedia cervantina que pudo cambiar el rumbo del teatro en España. Nunca he
visto una Numancia que me
satisficiera ni siquiera la Miguel Narros.
Sí estaba Rita Maestre, portavoz del Ayuntamiento de Madrid, una de las escipionas que no dan cuartel a los numantinos de la derecha. Más que por Celia Mayer confieso mis preferencias por Rita Maestre, la irreverente y sacrílega, que ha demostrado más sensibilidad por el teatro, al menos el otro dia, de la demostrada por la concejala de Cultura. La noche del Valle Inclán tuvo momentos de interés , aunque yo, como miembro del jurado, lo veía todo con cierta distanciación. Hubo incluso humor. Sabedor de la confianza que tengo en María Hervás como actriz alguien me preguntó: ¿cómo harás cuando tengas que hacerle una mala crítica?. A lo que respondí, “primero la pongo a parir y luego me pegó un tiro”. Larga sobremesa con Ruperto Merino y con Jaime Siles; Siles tenía que estar ya en la Academia. Larga disertación analítica sobre la Medea de Séneca.
Sí estaba Rita Maestre, portavoz del Ayuntamiento de Madrid, una de las escipionas que no dan cuartel a los numantinos de la derecha. Más que por Celia Mayer confieso mis preferencias por Rita Maestre, la irreverente y sacrílega, que ha demostrado más sensibilidad por el teatro, al menos el otro dia, de la demostrada por la concejala de Cultura. La noche del Valle Inclán tuvo momentos de interés , aunque yo, como miembro del jurado, lo veía todo con cierta distanciación. Hubo incluso humor. Sabedor de la confianza que tengo en María Hervás como actriz alguien me preguntó: ¿cómo harás cuando tengas que hacerle una mala crítica?. A lo que respondí, “primero la pongo a parir y luego me pegó un tiro”. Larga sobremesa con Ruperto Merino y con Jaime Siles; Siles tenía que estar ya en la Academia. Larga disertación analítica sobre la Medea de Séneca.
El cerco de Numancia,
hoy
La Numancia, de
Cervantes, se presta a infinitas analogías, pero ese es un asunto que dejo para
la crítica del estreno, mañana mismo. Decir que toda España es Numancia me
parece un poco exagerado. En los sesenta pensábamos, algunos, que Numancia era
el Vietnam o Palestina. Y muchos vascos creían que Numancia era Euzkadi; los romanos, obviamente, eran los americanos
imperialistas; o la Metrópolis ibérica. Ahora la cuestión es más complicada. Y
en todo caso habría que aclarar quiénes son los romanos, quién Escipión y quiénes
sus generales. En áscuas estoy con los incendios de Numancia, el hambre
y la mortandad que haya podido montar la
fiebre creadora del todavía director del
Español
Aitana a la última.
Aitana se había convertido en historia medular y frustrante
del Premio. Creo que ha estado finalista, no solo candidata sino finalista
absoluta, en casi todas las ediciones; a la décima fue la vencida. Algo parecido le está ocurriendo a Gerardo Vera, con quien el Valle
Inclán ha adquirido una deuda que tendrá que pagar un dia.
Al fin el Valle recayó
en Aitana Sánchez Gijón. Y digo al fin, no porque el jurado del
Valle obedeciera al determinismo de tener que premiar a la ahijada de Rafael
Alberti. En Aitana Sánchez Gijón se
ha premiado, sobre todo, una escuela de interpretación, y un estilo y formas de ver y sentir el
teatro. A la misma mesa se sentaron en
un gesto solidario y premonitorio, Nuria
Espert, Aitana Sánchez Gijón, Irene Escolar. Yo creo que en la
interiorizción del personaje está la clave. Y luego la proyección de ese personaje
con intensidad. Eso es la Medea de Aitana. Se recordará esta Medea por
una intensidad demoniaca y aniquiladora.
La joven Irene
Escolar, le disputó encarnizadamente el título hasta la última votación. Con frecuencia se le ha acusado a Aitana de
ser una actriz fría y cerebral. Yo mismo en cierta ocasión, también en una
tragedia, la acusé de distanciamiento. Creo se titulaba Cruel y tierno y era una revisión de las Tarquinias escrita por Martin
Crimp. En esa tragedia a la que
aludo me parece recordar que resaltaba
un registro dramático sobre una exigencia trágica. Años atrás en una obra de
distinta tesitura, La gata sobre el
tejado de cinc caliente, creo que dije algo así como “por encima de la calentura de sexo con un
marido alcohólico y seguramente homosexual, Aitana refleja la tragedia de una
mujer pobre en una familia rica
Esta Medea acaba con
todas las controversias de frialdad o calentura. Es una interpretación
caliente, cruel, vengativa. En los límites de la razón. Son todos los demonios
sueltos de una mujer ultrajada por la
infidelidad, carnal y política, de Jasón
a quien le dio todo. Es una Medea seca dura como una tempestad sin agua.
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