lunes, 22 de febrero de 2016

LOS OBISPOS PERDONAN A RITA MAESTRE..


Me conmovió su recogimiento en el juicio. Le faltaba el rosario

¡Santísima Virgen de la Almudena!¡Cristo de la Buena Muerte y besapiés del Cristo de Medinaceli!  Joder qué pasada, qué contubernio de ángeles, tronos y dominaciones. Qué unción,  y qué discreto gesto los de Rita Maestre  ante los jueces. Parecía la Susana bíblica devorada por la lascivia de los viejos. No me extraña que el capo de los obispos españoles la haya perdonadoe. Yo la amo sin esperanza. La Monja Capillera de mi libro   Sin pecado concebido, con el morbo del hábito monjil y la manipulación  de ornamentos para la liturgia, se me ha quedado atrás. Para morbo,  bella Rita en el juicio. Amo más a la Rita compungida, que a la agitadora  universitaria.

Pero todo esto es un contradiós y una desmesura. Es un Auto Sacramental a la inversa, a lo sumo una Misa Negra que no llegó a consumarse. No sé cómo habrá llevado la cuestión el eminente defensor Gonzalo Martínez Fresneda, pero lo de Rita no pasa de sacrilegio múltiple en varias de sus acepciones. Ver el diccionario. Eso sólo se le ocurre a una conciencia creyente, no a una conciencia izquierdosa y atea.  Rita Maestre y sus amazonas necesitan permiso de los curas para que les coman o les dejen comerse las almejas. Si son ciertas unas declaraciones que me ha pasado un amigo del que me fio poco, fascinado por el caso, ni siquiera Cristina Schlichting , una desenfadada y notoria periodista conservadora, necesita permiso del confesor para practicar sexo oral.

La mala conciencia de una niña pija.
Soy fervoroso devoto del cunnilingus y nunca en el coño de la gozosa partícipe del suceso, me he encontrado un rosario y si me lo he encontrado lo he apartado delicadamente y aquí paz y después gloria. Es decir, poca paz y mucha gloria. Soy ateo como buen exseminarista, y no creo que estas cosas tengan nada que ver con ideologías revolucionarias, sino con escrúpulos adolescentes. La bella Rita tiene derecho a expresar sus frustraciones de burguesita reprimida, mientras no interrumpa el canto gregoriano de una iglesia. Alto ahí; el gregoriano es sagrado. Y el coro de canónigos, también.

No creo que la bella Rita sea de izquierdas ni revolucionaria. Es una burguesita que creyó encontrar su liberación en el Patio de Maravillas y la oposición a los desahucios, lo cual me parece  honroso convencimiento. Olvídese de Iglesias inquisitoriales, que las hay, pero a las que, con los nuevos tiempos, los cunnilingus y las mamadas les importan un carajo.

No quiero ver su belleza ultrajada en una cárcel 
Los lemas proferidos en la capilla universitaria, son jaculatorias, flores a María de un mes de mayo apócrifo y cachondo. Menos eso de “ardereis como en el 36”, palabras mayores con las que todos,  debiéramos andar  con mucho tiento.  En España las teas y las escopetas las carga el diablo. Me entristece pensar que la bella Rita pueda  acabar en una cárcel donde su belleza pudiera ser ultrajada y violada. Por muy niña  pija que sea, no se merece eso.

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