jueves, 2 de julio de 2015

POÉTICA DRAMÁTICA DE GARRIGUES WALKER


Antonio Garrigues Walker ha estrenado en Unir Espacio, Escuela de actores, no sé si su obra más ambiciosa, pero sí la que reúne las características más acusadas de su teatro, al menos del teatro que yo conozco: Méritos y culpas. Antonio Garrigues Walker es poeta sobre todas las cosas. Y un jurista de fama internacional, lo cual no tiene nada que ver. O sí, depende de cómo se mire. El manejo del lenguaje del jurista supongo que ha de ser preciso y esa precisión, la falta de retórica, es un componente esencial de la poesía.  Creo que era Stehndal quien recomendaba la lectura de no sé qué códigos legislativos para depurar el estilo. Admiro la poesía de Antonio Garrigues y la poesía es el fundamento de su teatro; y posiblemente de todo el teatro.
 Un teatro poético no es necesariamente un teatro lírico y literario, sino un teatro de ideas, un teatro intelectual y de alguna forma metafísico. Por la escasez de acción y de trama parece un teatro fácil, pero no lo es. De un lado reivindica la esencialidad de la palabra; de otro, el ritmo interno del discurso  dramático. Requiere por ello una dirección fuerte y una interpretación muy aquilatada, sobre todo en un texto como este, Méritos y culpas, que cuenta con once intérpretes.
 El título  descubre su naturaleza: un existencialismo irónico a veces; amor, comprensión, soledad, egocentrismo, “el reino glorioso de la nada”. No es un teatro de caracteres, sino un debate de ideas, un teatro dialéctico; lo cual en el aspecto interpretativo simplifica las cosas.  Además en su grupo  Garrigues cuenta con actrices/actores con mucho fundamento, aunque profesionalmente se dediquen a otras cosas de más ringorrango y más valoradas por la sociedad: Elena Herrero-Beaumont, Lupe Barrado, Carlos Rodríguez Braum, Johny Aranguren. Las nuevas incorporaciones están a su altura, con el desparpajo natural que les falta a algunos profesionales: Mónica Bertett, Rosa Espín, Rafael Beneyto, Manuel Melgar, Carmen Pina…..
Se resiste Antonio Garrigues Walker a “profesionalizar”, entre comillas, su teatro de cámara en el que periódicamente hace su función. El teatrillo de Garrigues Walker es heredero de El Mirlo Blanco de los hermanos Baroja por el que aterrizaban a menudo Azorín, Valle Inclán, Rivas Cherif, Manuel Azaña..... Fue una referencia teatral del 98, aparte naturalmente Valle, que no es referencia de nadie salvo de sí mismo: el mayor genio literario del XIX y el XX. Con quien más afinidad tiene Garrigues es,  salvando la distancia insalvable de García Lorca, con los del 27, ala profesoral: intelectualismo,  experimentación, cierto desdén por la comercialidad, poética dramática y, en líneas generales, modalidad de teatro corto, aunque hay excepciones.
 Este año Garrigues ha ampliado el campo a la sala Unir y en esta tarde que ya forma parte del calendario teatral más asentado de la capital de España, se dio cita todo Madrid; teatreros como José Luis Gómez, Sanchis Sinisterra, Ignacio Amestoy, artistas plásticos y  escenografía y  la escultura representada por Esperanza D,Ors. Y más gente de la farándula en hermandad con la judicatura,  las letras, Luis María Anson, y las finanzas. Y quien esto firma, naturalmente.

Los manifiestos revolucionarios de los dos Alfonsos.

 Algunos se han sorprendido de que en mi crítica en el periódico El Mundo sobre Usted puede ser un asesino atribuyera a Alfonso Paso condiciones  de teórico y revolucionario. Y que, en consecuencia, fuese cómplice de Alfonso Sastre en algunos manifiestos de 1948. Fue así,   aunque luego Paso hiciera todo lo contrario en teatro y en política evolucionara hacia una derecha extrema, más extremosa que la izquierda de Sastre. Y ahí está Alfonso Paso que era buen actor, haciendo el papel principal de Cargamento de sueños, primer texto de Alfonso Sastre. Luego sus caminos se bifurcaron de forma irreparable. Paso llegó a tener en cartel media docena de obras; a Sastre la censura lo molió a palos, hizo un teatro imposible, hasta convertir, probablemente, en el mejor autor español de la segunda mitad del siglo XX. 

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