El galardón a Concha
Velasco, buen estreno de Antonio
Garrigues Walker como presidente del Valle Inclán. Garrigues es el sucesor de Nuria Espert que, por poco se asfixia en el primer plato de la cena,
no por culpa de su amigo Garrigues, sino por culpa de un langostino que se le
atravesó. Antonio acudió solícito a la mesa donde Nuria cenaba con Lluis Pasqual y volvió diciendo que
Nuria estaba bellísima.
Las deliberaciones de un Jurado son secretas, no como los consejos de ministros
que se filtran nada más salir al pasillo. Este es un Jurado serio, más
asambleario que presidencialista,
lo cual honra a Luis María Anson. Y esta
es una crónica de sociedad, extramuros de la sala en la que el Jurado cena
aislado del resto. Con ello recupero un género periodístico que abandoné al convencerme de que nunca podría ser Carmen Rigalt.
El premio, la escultura de Victor Ochoa y el talón de
50.000 del ala, se mantiene gracias al patrocinio de Coca Cola, como en los
primeros años se mantuvo gracias a la Fundación Feima. A los dueños del Teatro
del Arte les ha salido un hijo actor, Fede Rey, que con Jaime Reynolds y Aixa Villagrán, deslumbra en Luciérnagas. Algún dia lo veremos de candidato al Valle.
Sería de justicia, pues sus padres, Jesús
Rey y Lucia Bouzas, iniciaron
esto y se mantuvieron hasta la V edición en la que los relevó la Fundación Coca
Cola.
Ascendido al
Olimpo Marcos de Quinto, en tiempos
de tribulación sigue patrocinando el premio Coca Cola. Juan José Litrán me presenta a Jorge
Garduño, sucesor de Marcos, acompañado de Rosalva y de Jorge
Baselga presidente de la Fundación
Banco de Santander. A ver si el Santander toma ejemplo y empieza a patrocinar
cosas de teatro; loable su colección de autores importantes del XIX y XX, Cuadernos. Marcos y
yo planeamos durante mucho tiempo un espectáculo sobre los Beat y Ginsberg. Yo sigo con Ginsberg, al margen de Marcos, que lo habrá olvidado en la
Metrópoli del Imperio. En el Jurado del Valle seguíamos hablando de ello. Con José
Nuñez Cervera, presidente de la Fundación, hablo de toros. Es uno de los
pocos ganaderos con encaste Juampedro
al que respeto.
Un mal momento de Nuria Espert
Nuria Espert se atragantó con un langostino. Hay que tener
cuidado con estas cosas. Haro Tecglen
murió de un hueso y no de las obras de Buero Vallejo como dijo un desalmado. Yo mismo, si no mastico con cuidado lo paso mal. Testigo es Zutoia Alarcia que contempló espantada cómo
casi la palmo en Casa Dori con un trozo de carne. Zutoia hizo una Ulalume, de Alfonso Sastre memorable, con un excelente equipo dirigido por Pérez de la Fuente en estado de gracia:
Zutoia
Alarcia, Chete Lera en la más alta ocasión que vieron “sus” siglos y un sorprendente
y polimorfo Camilo Rodríguez; Artiñano diseñador de vestuario, y debut
espléndido como escenógrafo de David de
Loaysa, recién salido de la RESAD.
El mismo estado de gracia le deseo a Pérez de la Fuente en el
inminente estreno de Pingüinas, de Fernando Arrabal. Espero que Pingüinas sea mejor que Dalí versus Picasso. Echo de menos
a Natalio Grueso que programó
Hécuba y recuperó para el Español a Concha Velasco, cincuenta años ausente.
Quizá por eso doña Ana Botella, alcaldesa
cesante,abrazaba eufórica a Concha
Velasco. Me sorprendió escuchar a doña Botella que admiraba a Pedro Cuartango, una referencia inexcusable del articulismo culto español; siempre pensé que en el Mundo no pasaba de Salvador Sostres.
Celia Freijeiro recuperó su trono de Princesa de la noche del Valle. Ha estado a
punto de decir, al leer la nomina de candidatos, que dónde están las salas
alternativas. La creo capaz aunque contuvo su reproche. Celia es de una belleza sobrenatural a la que añade un toque de elegantísimo descaro que
rasga el velo azul de la divinidad. Puede ser la pesadilla de un canalla y, a
la vez, el sueño de un místico. Condujo el acto con un desparpajo infinito. Sedujo
a todos, incluido Arturo Fernández, el
bueno, no el empresario trincón. He comprometido a Celia a decir versos de Miguel Hernández en las Ventas el dia
20 de mayo en la inauguración de Nekane,
Las caras del toreo. Si el tiempo no lo impide
y el rodaje de series de televisión o alguna película le dejan.
Perplejidades justificadas.
Un jurado que, a las primeras de cambio, elimina a Ignacio Amestoy, José Sacristan y José
Ricardo Morales no es de fiar. Y si en el segundo envite ese Jurado sin
piedad se carga a Santiago Sánchez, Sanchis Sinisterra y Lluis Pasqual, menos de fiar aún. No hay escapatoria. No se tiene en cuenta famas ni presiones populares de un público caliente y nada neutral. Pasqual había venido desde Barcelona acompañado de
Nuria Espert que está haciendo allí un Rey Lear que no veremos en Madrid. Amestoy
acaba de estrenar un monólogo, La
confesión de Loyola, en la Iglesia de la Congregación de los Jesuitas.
En la final, tras la última votación leida por Celia Freijeiro, dos nombres: Marta Portillo y Concha Velasco. El Jurado en pleno al estrado, a dar la cara.
Antonio Garrigues frente al micrófono. Respira hondo; desdobla lentamente la papeleta; pausa. Más pausa mirando al público, respira otra vez: !Concha Velasco!. Gran ovación.
Antonio Garrigues frente al micrófono. Respira hondo; desdobla lentamente la papeleta; pausa. Más pausa mirando al público, respira otra vez: !Concha Velasco!. Gran ovación.
Concha Velasco estuvo sembrada al agradecer el
premio. Elogió a todos, pero se la
notaba contenta de ser ella la elegida. Al que más elogió fue a
Arturo Fernández. Y a Ernesto Caballero, tercero en discordia. A Arturo le aplaudía con entusiasmo Tina
Sáiz. Y Silvia Marsó que va arrasando en una gira de las de antes con El zoo de cristal. En cierta medida este eterno galán de 86 años, candidato al Valle por
el cura de Enfrentados, se sintió el
rey de la noche. Nada mejor que verse querido por la gente de la profesión. Y
admirado.
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