sábado, 13 de septiembre de 2014

RUEDO IBERICO. BLOG TEATRO UN OTOÑO FRENÉTICO DE ESTRENOS


De golpe, el Otoño.

Noto que se acaba el   estío cuando se me ha agotado la relectura de la novela negra, liberación a que se acoge mi espíritu  todos los veranos. Apenas renuevo catálogo; prefiero los grandes títulos y los grandes autores ya conocidos a la  aventura de azarosos descubrimientos. Estoy a punto de convertirme en un especialista del genero limitado a media docena de  nombres míticos: Hammet, Chandler, Hadley Chasey, Ros Mac Donald, Cain, Jim Thompson, Chester Himes Sin olvidarme nunca del máximo terror, del maldito por antonomasia Edgar Allan Poe. Esta máxima  sagrada estoy a punto de romperla con Leandro Pérez, un crack del periodismo cuando lo conocí, un nombre perdido al que recupero ahora con una novela, la primera, Las cuatro Torres, a punto de salir.

 Otro síntoma de que mi obsceno idilio  con la naturaleza se acaba, son los preparativos de una fiesta de despedida en la que reunimos sobre todo a gente de la Farándula. Ana ya está en ello y siempre me sorprende con invitados inesperados. Las discusiones con Cómicos y Comicantas son apasionantes y con frecuencia teatrales, y todos lo sabemos. Yo digo “cosas de cómicos” y ellos afirman, “cosas de crítico”. En el fondo no hay grandes diferencias  entre los seres humanos; un cómico de primera línea o de segunda,  un funcionario que aspira a político; un periodista o un repostero. En el fondo, a todos nos gusta la abrumadora y espesa normalidad. Estaríamos más tranquilos si Edgar Allan Poe, fuera, sin dejar de ser Poe,  un ganador del Premio Planeta y que hubiera muerto en casa y no de un delirium tremens; y que Rimbaud y Baudelaire fueran premio Adonais de Rialp; que Antonin Artaud, en vez de huésped de manicomios y loqueros, hubiera sido Ministro de Cultura y Van Gogh, por poner un ejemplo extremo, hubiera sido copista del Prado en vez de esos delirios amarillos y turbadores de sus cuadros.

Genios, malditos y marginales puteados en vida y después de muertos. Para acallar mi mala conciencia de elitista  maldito y diletante, dialogo con Bruno, el mendigo de mi calle, todo el dia borracho,  que me advierte, -igual con el felipismo, el aznarismo, el zapaterismo o el rajoyismo-  “hay que tener contentos a los militares, ojo con los generales que los conozco muy bien”.   Acaso no le falte razón, pues Bruno,  así a secas y sin apellido, dicen que  escapó  de un matrimonio demasiado normal y demasiado burgués para vivir en la calle. Enigmas de la vida. Medito: con Poe, alcohólico, se ganó un genio de la literatura. Con Bruno, beodo, se ha perdido un gran analista político. Perra vida.  Nunca sabemos los efectos y las causas de los desastres.

Nuevo blog. Los Sábados. Ecos de  bambalinas; todo teatro.

Este es el primer post de un blog dedicado exclusivamente al teatro todos los fines de semana: El aluvión de estrenos, aunque previsible,  sorprende  por la virulencia con que se manifiesta. Dias de hasta tres estrenos y eso sin contar  la erupción volcánica de las salas alternativas. Unas calientes declaraciones del siempre efervescente Juan Carlos Pérez de la Fuente sobre el futuro del Teatro Español, que dirige,  tras la marcha de Natalio Grueso  han calentado el inicio del  curso: no habrá privatización. Aplaudo tan contundente declaración de principios. No a la privatización  también lo dijo Natalio Grueso y  muchos entendieron que el cese de Grueso obedecía a una amenaza inminente. A lo que se ve no fue así.

Pérez de la Fuente versus Natalio

 A mí blog han llegado unas dolidas quejas de Natalio Grueso contra Pérez de la Fuente que, en esas declaraciones a Esther Alvarado le acusa de malos modos en la cesión de trastos y en la transmisión de poderes. Grueso, en cambio, acusa a Pérez de la Fuente de falta de  elegancia y de haberse negado al diálogo, aunque fuera un diálogo de despedida. Le recuerda que  gracias a él  se puso en las Naves, Dalí versus Picasso, una de las piezas menos apreciables de Fernando Arrabal, que la dirección de Pérez de la Fuente salvó de la quema como pudo y pudo poco. Natalio Grueso anda por Europa promocionando su magnífica    novela La soledad.

Supongo que en algún momento se reabrirá el debate acaso con ocasión del estreno de Vargas Llosa, El loco de los balcones, con José Sacristán,  dentro de unos días,  que Natalio Grueso dejó manufacturado y programado. En lo básico Pérez de la Fuente y Natalio Grueso están de acuerdo: no a la privatización de los teatros municipales; lo dijo primero Natalio y lo acaba de repetir  Pérez de la Fuente. Sobre esto no hay cuestión. Y sobre lo demás, todo queda en  manos de Pérez de la Fuente, salvo lo programado por el cesante, que acaso no guste al entrante. De todas formas, esto de las privatizacioes no está tan claro. Por ejemplo, los Teatros del Canal, de titularidad pública (la Cam) con la figura  de un intendente privado, don Jorge Culla, ¿son públicos o privados?  

Medalla de Oro a Emilio Martínez.

Una agrupación de teatro que preside Manuel Galiana, Amithe, ha de ser por fuerza, justa y benéfica, un modelo de ejemplaridad para la gente de la Farándula. Y si otorga una Medalla a Emilio Martínez, mejor que mejor. Emilio Martínez debe parte de su fama beligerante a sus críticas de toros; pero es mucho más. Es hombre de la cultura en su más amplio significado y en sus venas taurinas lleva la sangre de su maestro Joaquín Vidal. Amithe se fundó en 1994 para recuperar el Teatro Circo de Albacete, sigue recuperando circos y teatros y ya tiene catalogado un centenar del gran patrimonio nacional.

Willy Toledo

 niega cualquier confrontación  con Podemos, la heterodoxa formación  de Pablo Iglesias a la que Toledo acusó, al parecer, de falta de fundamentos ideológicos, mero aventurerismo que, como sabemos desde Lenin, es pecado que no puede cometer la izquierda. Yo de Willy Toledo no sé qué pensar en estas materias; y de esa guache divine de la que procede, que primero condena la devastación de Gaza, léase Bardem Penélope y asimilados, y luego se desdice. Sólo me atrevo a afirmar que es un gran actor, porque lo cortés no quita lo valiente.

Cuarta Pared. Apunte crítico

Sé de un lugar, empieza con un cante flamenco, “que es la música de una tribu sin civilizar”. Eso dice un personaje; luego acaba co una cancioncilla que da título a la obra. Ese cante lo interpreto como elogio a  la marginalidad esencial del jondo. La cancioncilla no sé. A mi lado alguien hablaba de flamenco fusión, pero tampoco sé qué es verdaderamente eso. Hace no mucho el Agujetas decía que el flamenco fusión es una  mierda y que el flamenco es solo una guitarra y un cantaor;   pero el Agujetas es un exagerado. Así que hablemos de teatro. Entre medias  de estos dos polos musicales hay muchas historias; y dos personajes atormentados. Y muchos lamentos y reproches. Dos vidas y dos fracasos que se complementan y acaban por comprenderse. O no. Fuerza expresiva de dos buenos actores. Anna Alarcón y Xabier Sáenz. Y entusiasmo de un público que cala muy bien los problemas de la juventud.

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