jueves, 19 de septiembre de 2013

DE REFRIGA EN REFRIEGA HASTA OLMEDO

Septiembre. dias 18 y 20. mércoles y jueves

Llego tarde al cervantino  El coloquio de los perros, de Ioglars en el Festival de Palencia; llego tarde a Espérame en el cielo…o mejor, no, de Diana de Paco; llego tarde a todo.  Además, creo que de refilón me he metido en una refriega sobre la unidad de España y en otra, menos abrupta, sobre progres y progresía. O sea que mejor me hubiera quedado en la terapia del litoral de leyendo los periódicos de papel y tomando un vino blanco helado con aceitunas rellenas; para este viaje no se necesitaban alforjas. En Madrid, un aluvión de teatro; la temporada empieza caliente y fuerte: la Farándula no se rinde frente al Iva asesino del 21% y otras asechanzas. En el Pabón, primer estreno al que asiste, la crema de la intelectualidad. Creo que todo el mundo habla menos para quesu verdad no parezca sospechosa. Viejos amigos de antaño y de menos antaño. José María Torrijos, el que más sabe de López Rubio, hace proselitismo de mi blog.Guillermo de la Hera, apartado de teatro y de política, Diez Borque el que más sabe de los clásicos. Por eso está ahí, afinando su juicio sobre La verdad sospechosa y Ruiz de Alarcó.

José Maria Torrijos me recuerda un sucedido en los teatros del Canal, hace años; ha sido el elogio más ingenioso y lenguaraz que me han hecho nunca. Había escrito yo un texto, que no firmé, para una historia de la copla que dirigía Mariano de Paco. Se me acercaron él y otro amigo también ingenioso y lenguaraz, Pérez de la Fuente, y me dijeron: “esto huele a Chanel-Villán nº 5” (sic). No era difícil de adivinar pues, después de Antonio Burgos y Carlos Herrera, creo que soy el que más sabe de la copla española. Pero su sagacidad me hizo reir.

El Festival de Teatro de Palencia es un objetivo de todos los años y todos los años me quedo a medio camino. Esta vez en Medina del Campo, quizá por la querencia del balneario donde lo pasaba muy bien con Rosana Torres, Alicia Moreno, Nuria Espert, Mora Apreda y otros cómicos. Por  cierto, tengo que preguntarle a Mora qué coños pasó alfin para que lo de Obsession Street, de Diana de Paco, se viniera abajo en el Fernán Gomez, que nunca lo he tenido muy claro. En Medina del  Campo alanceaba toros don Alonso, el héroe trágico de El caballero de Olmedo; y don Rodrigo, su rival en amores. Aquellos sí que eran manos a manos, y no las farsas de hoy en día en las plazas de Iberia.

De Medina a Olmedo, como el infortunado noble, que de noche lo mataron al caballero de Olmedo. Primeros y funestos presagios en   Medina, al concluir la corrida; temores al empezar el camino; aquí graznó un pájaro de mal agüero, sombras reales o imaginadas entre los pinares, allí una premonición. Y la pregunta eterna: ¿por qué tuvo que dejar Medina el caballero, en contra de la opinión de Tello, el criado, en contra de todos?. Ese es el meollo de la tragedia clásica: el destino. El caballero de Olmedo es una de las obras cumbres de Lope; acaso y bien mirado y analizado, quizá una comedia trágica, una historia dramática más que una tragedia  pura, no lo sé. Y está de moda; dentro de dos semanas la producción de Secuencia 3 con dirección de Mariano de Paco Serrano y una arriesgada y brillante versión de Eduardo Galán, eso sí lo sé; un poco más tarde, Lluis Pasqual, a tope según me dicen.
 A partir de una copla popular, Lope urde una historia magnífica: “que de noche lo mataron al caballero/ la gala de Medina/    la flor de Olmedo”. Los montajes de El caballero…siempre me han defraudado: ni siquiera Narros en su mejor momento, con Carmelo Gómez, uno de los grandes que debutaba entonces, me convenció. Un galán arrogante, un galán heroico y noble, dúctil y flexible; eso es lo primero. Y luego una Inés tórrida y temerosa, cándida y audaz. Y el verso, un desafío para los intérpretes que, habitualmente lo dicen atropellados. Tampoco me llena de gozo la manero de decir el verso de los actores españoles. La métrica de El caballero… es muy variada: romances, octavas reales, redondillas, tercetos, cuartetas; y un soneto.  Ahí quiero ver a don Alonso, a Tello, a Inés, a Fabia. Supongo que todo lo tienen resuelto Mariano de Paco y Lluis Pasqual, cada uno por su lado.    El gancho de Lluis Pasqual parece ser Rosa María Sardá, una Poncia memorable  en La casa de Bernarda Alba. Para perdonarle,  y para siempre, otros desafueros. Con Secuencia 3 están Hazas, Veiga, Jose Manuel Seda, que en Los toros a escena, hizo un Lorca prodigioso y al que me gustaría ver en La Argentinita, si por fin esta  obra escrita con Diana de Paco, llega a buen puerto.

La dificultad del verso es una de las claves de esta pieza: un dialogo ágil que fragmenta y trocea la métrica, versos encabalgados…Y para el amor versos tan definitivos como los de Quevedo, aludiendo a la belleza de una chinela y el pie breve, “si matas con los pies, Inés Hermosa/ ¿qué dejas para el fuego de tus ojos?”. Quizá no llegue a “serán ceniza mas tendrán sentido/ polvo serán,  mas  polvo enamorado”: dos amadores.

Se me ofreció un ensayo de El caballero….de Secuencia 3 y reusé, amarrado al lema: el crítico en su butaca y después del estreno, a ser posible. Pasquall, hace muchísimo tiempo también me invitó al ensayo de un Lorca; creo que andaba yo todavía por el Independiente, de Pablo Sebastián, y tampoco fui. A lo mejor es un error y convendría mayor relación entre críticos y creadores. No sé; a lo mejor. De momento uno sigue prefiriendo la sorpresa. Aunque ya no quedan sorpresas; en un ensayo todo son parabienes, ovaciones y buena urbanidad. ¡Qué época la de los pateos memorables!. El último meneo en el que participè fue hace muchos años a Adolfo Marsillach. Quisiera ver al Caballero en su esplendor torero y, sobre todo, escénico. Como detorero y galanteador se trata,  !que dios reparta suerte!

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